Capítulo diez.

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Carlos.

Aquí estoy, con los nervios a flor de piel estacionado frente al departamento de la Valentina, dudando en si bajarme e ir a buscarla o simplemente irme a la chucha.

Desde el día en que nos quedamos en el hotel tengo su aro guardado, dudo que se haya dado cuenta que se le cayó debido a que no estaba en sus cincos sentidos y por lo mismo lo quise recoger yo.

Mas bien lo recogí con la intención de usarlo como excusa perfecta para volver a verla.

Cuando por fin tome el valor de bajarme, la vi salir del edificio yendo hacia donde se encontraba un hombre sentado en una de las bancas.

Decidí quedarme a observar un rato.

Por los gestos que hacía la chinita se notaba que estaba bastante enojada, mis sentidos de alertas se activaron cuando el mino se paró del suelo y se acercó agresivamente a la Valentina.

A pasos rápidos llegué hacia ellos.

—No la trates así, date cuenta que el malo siempre has sido tú. Todo lo que te rodea lo terminas lastimando Benja, asimila la realidad. —fue lo último que escuché antes de entrometerme en la conversación.

—Atrévete a tocarla y el combo en el hosico no te lo saca nadie, tonto culiao'.

Delicadamente corrí a la Valentina para dejarla a espaldas mías.

Se me vino el mundo encima cuando vi el rostro de la persona que estaba frente a mi.

—¿Qué estai' haciendo aquí?. —mi cuerpo entero se quedó quieto, tratando de asimilar lo que está pasando.

—La misma wea podría preguntarte yo a ti, ¿que chucha haces aquí?. —se cruzó de brazos y sonrió con malicia.

Sin darme cuenta apreté mis puños y la Valentina me tomó del brazo.

—No soy tu mina Benjamín, abúrrete con el tema. —rodó los ojos. —¿se conocen?. —preguntó confusa.

—Lo he visto un par de veces. Como no conocerlo si es famoso en todo Chile el weoncito. —respondió el, con un tono burlesco.

Me di media vuelta sin antes tomar de la mano a la Valentina y llevármela lejos de la presencia de ese weon.

Desde que me vine de Punta Arenas que no nos veíamos cara a cara. El volver a verlo me provocó rabia y sobre todo preocupación por las personas que me rodean.

Yo conozco muy bien en los caminos que anda el loco, lamentable el que haya querido seguir los pasos de su tío.

—¿De donde se conocen, Javier?, no me hacen tonta. Conozco al Benjamín y se cuando está mintiendo.

Rasqué mi nuca nervioso.

No se que tan buena idea será contarle que el es el tipo que me tiene amenazado.

—Una vez tuvimos un problema en una disco, pero solo eso. —mentí y ella me miró tratando de adivinar si lo que le acabo de decir es verdad o no. —¿y tú?, ¿qué eres de el?.

—Era mi pareja. —soltó, dejándome intrigado

¿Como chucha pudo estar con un tipo como ese?, son muy distintos en todos los sentidos.

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⏰ Última actualización: Feb 14 ⏰

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𝐴𝑚𝑜𝑟 𝐼𝑚𝑝𝑟𝑒𝑑𝑒𝑐𝑖𝑏𝑙𝑒 - 𝑃𝑎𝑖𝑙𝑖𝑡𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora