Hay cuentos que no han sido contadas.
Historias que se quedaron estancadas en el tiempo, que nadie las ha escuchado. Los rumores de vidas que el viento se ha llevado su fervor quedando solo el silbido de los años que ya nadie conoce.
Voces que se han tragado el mundo por que teme que perturben sus almas en pena, vidas que todavía no pueden descansar en paz en el olvido. Esta es una de esas historias. Que ningún libro ha guardado. Ninguna memoria la recuerda. No hay apenas un vestigio de lo ocurrido. Cómo una leyenda que la tierra calló. La historia de un miedo que se llevó a la corona, un floreciente amor y con ello su corazón.
Remotemonos a los días en dónde el despampanante dorado brotaba de la gente adinera y la pobreza era tan insoportable como el hambre. En la Francia barroca existió un príncipe y una princesa. Sunghoon y Wonyoung. Nacidos en cunas de oro, con más privilegios de los que pudieran necesitar y solo con su lazo de sangre a lo divino estaban por sobre la sociedad. Ambos tenían suerte, era verdad. El principe Sunghoon era el mayor, la princesa Wonyoung la menor por dos años. Ambos habían sido dotados por los dones de la belleza y la elegancia por la orden de los cielos. Encantadores y preciosos, tenían aparentemente la vida perfecta.
Se caracterizaban por sus cabellos azabache como la noche más pura. Piel pálida besada por los ángeles. Lunares en las mejillas que parecían las estrellas de sus nacimientos impresas en su tez, era muy característico que sus majestades tuvieran lunares naturales, por eso era fácil identificarlos. Wonyoung tenía el cabello ondulado mientras que Sunghoon lacio. Puentes de la nariz altos, ojos grandes de pestañas largas y orbes de perlas negritas brillantes. Labios jugosos, más altos que la altura promedio y siendo bastantes delgados aunque comieran bastante. Tenían de esos banquetes exuberantes cada noche, bailes y fiestas donde la gran gastronomía francesa brillaba en lujo para ellos. Usaban las telas más finas que se pudieran tejer, los vestidos cargadismos le quedaban de maravilla a la pequeña cintura de Wonyoung y los mil adornos en el traje de Sunghoon acentuaban bien su cuerpo delgado y alargado, de hombros anchos y cintura angosta.
Jake era parte de los delfines de Francia, aunque no directamente. Era el hijo de un gran duque, desde que tiene memoria su entorno ha sido el palacio junto a los dos hermanos. Era muy cercano a ambos, de hecho él único que los conocía de verdad junto a la dama de compañía de Wonyoung, Leeseo. Lo que el resto del mundo veía era un filtro de la realeza. Era el más grande de los tres y siempre lo trataron como a un hermano mayor, alguien en quien confiaban sus problemas, buscaban el consejo que no encontraban en sus padres porque ellos estaban demasiado ocupados como para siquiera mirarlos y los cuidaba de cualquier travesura como una especie de caballero que no tenía armadura, en su lugar un portaba elegante traje platinado, sabía montar a caballo, estudiar astrología y danzar al son de Bach a la perfección. Eran el trío perfecto hasta el fin del mundo.
Eran felices, todos eran felices
Hasta que Sunghoon cumplió diecisiete años. Sus dieciocho se aproximaban y por ende al ser el primer hijo varón debía heredar la corona. Y el miedo de tener el control sobre un país entero en sus manos lo consumió. Sunghoon dejo de ser Sunghoon y se convirtió en un manojo de ansiedad asustadizo, tembloroso y callado. Aunque estudio toda su vida para ese momento la idea le aplastaba como una roca. La sola idea de que le pongan una corona en la cabeza y desposar a alguna princesa o prima suya le daban ganas de vomitar. Wonyoung le había contado a Jake que muchas veces había escuchado a Sunghoon llorar por las noches, le daban ataques de histeria en sus lecciones diarias, no podía hablar sin tartamudear y casi siempre estaba inquieto. Tenía unas oscuras ojeras creciendo bajo sus ojos y cada vez comía menos viéndose demacrado como los mendigos.
Pero por más que viviera aterrado de reinar era su deber al final del día. El precio que debía pagar por haber nacido en semejante vida. No había otra salida que pudiera escoger.
¿O si?
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Si hay alguna falta gramatical o ortográfica por favor notificar uwu.
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𝐂𝐑𝐎𝐖𝐍 ❛𝓢𝓾𝓷𝓼𝓾𝓷❜
FanfictionSunghoon era el príncipe heredero al trono en la Francia del siglo XVIII pero vivía aterrado a tomar la corona y tener al reino en la palma de su mano. Y Sunoo un simple y misterioso vendedor de lavandas tenía todo aquello que siempre había buscado...