"Ta-Ran aquí está"

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Luego de dos largas horas sentada en un carro que estoy segura daño mi columna con todo el movedero que tenía, estacionó el auto en frente de unos edificios que Wao mi madre no se había equivocado al decir que nos encantaría pues estan de lujo, son inmensos, tienen almenos unos 7 pisos y te aseguro que cada piso era talvéz 10 veces más grande que nuestra casa, y me encanta como se ve por fuera, ese color blanco le asienta muy bien.

Al caminar por el estacionamiento y ver todos esos autos, una KIA talvéz 2014, una DOGE, Un Jeep Gran Cherokee, ¡NEGROO! Waoo estaba babeando, Dios mio la servilleta por favor, hay casi me caigo, y nosotros que llegamos en esto, ojala y nadie me haya visto salir de eso.

-Es por aquí- señalo mamá, guiándonos a una puerta transparente que se supone es el ascensor- vamos!

Entramos, y vi que mi padre le dio al boton "6", que rayos!? no me digan que vamos a vivir en el sexto piso, por Dios todo esto me tiene que ocurrir a mi, no, no, no, que injusta es la vida...

-Salgan, ya hemos llegado, es en la 601- dijo señalando la puerta que tenía esos números y rebuscando en la cartera, talvéz en busca de las llaves- No las encuentro Rafael!

Mi padre busco en sus bolsillos, y después de haber revisado ya tres, lo encontró en el último.

-Toma- dijo pasandole las llaves a mamá.

Abrió la puerta y "AGARRENME QUE ME DESMAYO"...

-Ta-Ran, aquí esta nuestra nueva casa- dijeron al unísono mi padre y mi madre, Saúl y yo nos miramos atónitos, wao sí que era hermosa la casa.

Al entrar vimos la sala de estar que era grandísima y tenía unos muebles hermosos, una plasma demasiado grande para mi gusto y un radio muy sofisticado diaria yo, seguimos hasta el comedor, y todo era hermoso, luego nos llevaron por donde estaban las habitaciones, la primera que nos mostró era enorme, las paredes pintadas de azul y el techo blanco, la cama era bastante grande, tenía unas sabanas, blancas y las almohadas también, era una habitación muy relajante, definitivamente la quería para mi.

-Es de Saúl- escuche decir a mi madre- pensamos en el desde que vimos esta.

No, el idiota de Saúl no me puede robar esta habitación!

-Haaaa! Ya viste Paula, en tu cara!- dijo el muy idiota entrando a la habitación, dando vueltas como una princesa que esta cantando una jodida canción insoportable.

Respira hondo Paula, respira, vamos tu puedes.

-Vamos que aún hay más,- dice mi padre guiándonos por el otro pasillo donde apareció otra puerta, la abrí y woo ya no sentía envidia de la de Saúl la mía era mucho más hermosa aunque nunca pensé eso posible, era, Dios, indescriptible, las sabanas eran de un azul esmeralda al igual que mis paredes y las baldosas, bueno talvés sí me conocían y sí pensaban en mí.

-Esta, es la tuya- dijo mi padre señalandome la laptop- y esto también.

Le sonreí y le dí un abrazo, después de todo, era mi padre, el padre que me añoña... sí, me añoña aunque tenga 16 años, pero yo lo aprecio.

-Bueno continúen ustedes, yo me quedo a disfrutar de mi habitación,- dije lanzándome a la cama, como una niña de tres años, alegre por su regalo de cumpleaños- Ahg por cierto tengo hambre, me traen algo de su recorrido.

Después de haber dicho eso, salieron de mi habitación, Saúl me lanzó esa mirada de "Todavía no has ganado" y yo la mía de "No lo creo, corazón". Después de la guerra de miradas, espere a que salga y cerré la puerta, me acosté boca arriba, mirando al abanico del techo, y luego miré la laptop que se encontraba en la mesita de noche, me sente y la puse sobre mis piernas, tenía que hacer algo para no aburrirme, así que puse música.

-YO SE QUE TU AL MIRARME PIENSAS COMO YO, QUE ENTRE AMISTADES NO HAY TIEMPO PARA EL AMOR, PERO YA HA LLEGADO EL MOMENTO DE DECIDIR PERSONA A PERSONA, VAYÁMONOS DE AQUÍ- comencé a cantar la canción de persona a persona de Jaiko el incomparable, y de verdad que esa canción era incomparable.

(...)

Esto de estar trancada sin hacer nada me esta volviendo loca, ya la laptop se había descargado y sinceramente había cantado todas las canciones.

Tengo sueño, y no quiero dormir, sera mejor que salga para no quedar loca.

-Mami!!! ¿Ya hiciste la cena?- dije desde que salí de la habitación, y entré a la cocina- Tengo mucha hambre.

-Sí amor, ya está- dijo pasándome el plato con espaguetis.

Mi madre siempre tan complaciente.

Comí todo lo que me había servido, ya estaba bastante llena, me pare, me despedí de todos. Y comencé a caminar hacia mi habitación con una mano en el estomago, como señal de llenura, al llegar a la habitación me entró un sueño indescriptible, me acosté y ya lo demás lo hizo mi cabeza...


¡Al Limite de la Locura!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora