Maldito Viernes (planes rotos)

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Como niño en la noche previa a la navidad esperaba el viernes. Llena de ideas, planes perfectamente detallados, horarios coordinados para aprovechar mi día. No conté con el clima y desde temprano comenzó a llover. Mi primer pensamiento: - ¡que asco de vida?

Seguí durmiendo un rato más, mientras sentía la lluvia y el viento aumentar, se maximisaban mis descontentos. Sin ánimos ni fuerzas me levanto a comer algo. Era tarde, en mis planes a esa hora estaría tachando 3 de mis tareas divertidas. Suspiro y me pongo a ver una película aburrida, sin ganas de nada, en pijama, siento que la casa se me viene encima.
¡QUÉ MAL! Qué mal por todo, pero como sabemos casi siempre adoptamos este tipo de comportamientos en la vida. Vienen a mi mente avalanchas de malos recuerdos, de acciones negativas por las que he pasado. Todo lo negro y gris estaba encima de mí, en comparación al diluvio que cae afuera mi casa era el fin del mundo. En retrospectiva, así soy en el amor, espero demasiado de la otra persona. Quiero que me ame exactamente como quiero que lo haga y descubro que el amor es como un viernes gris, que si lo planificas te deprimes y estás destinada a pasar el día en cama. Pero si dejas las cosas al azar, puede que te sorprendas al lado de una ventada, cantando al compás de la lluvia; bañandote en un rico aguacero, salpicando, saltando y riendo. Tengo que aprender para el próximo Viernes.

Un lugar dentro de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora