5
Nos dirigimos todos al cementerio para el entierro de Natasha, nubes negras adornaban el cielo amenazando con llover.Jugué con mis manos mientras escuchaba las palabras de despedidas que le estaban dedicando a Naty.
Permanecí de pie al lado de los demás, mientras observábamos a los padres de esta llorar desconsolados por su hija, su ataúd listo para ser enterrado.
No podía negar que estaba triste, la muerte de Natasha me trajo desprevenida.
El funeral fue tranquilo y silencioso, bueno se escuchan algunos que otro sonido de personas llorando pero nada más. De regreso no pude evitar recordar otra vez sus últimas palabras, las últimas palabras que me dijo Natasha.
Estaba tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta de que alguien caminaba a mi lado hasta que se aclaró la garganta.
Era Kevin.
— Hola.
— ¿En qué pensabas? —me pregunta este—
— Solo.. cosas deprimentes, aún no puedo creer que Natasha este.... —no pude ni terminar la frase—
— Yo tampoco, jamás pensé que fuera a pasar algo así.
Asiento lentamente.
— No lo sé pero tengo un mal presentimiento con todo esto.
— Pensé que era la única.
— No lo eres —me dice—
— Ya veo.
Me dio una sonrisa triste y se encaminó hacia la familia de Natasha.
Suspire recordando todos esos momentos lindos que tuvimos Natasha y yo, no éramos tan pegadas pero sí que la quería. Le hecho una última ojeada a la tumba de ella, pero mis ojos captaron un movimiento, mi corazón se arrugó cuando lo vi.
Estaba vestido todo de negro, su cabello desordenado y se veía claro en su rostro que lo había tomado muy mal la noticia.
Fabio.
Di unos pasos para acercarme pero sentí que era un momento íntimo así que me quedé en el mismo lugar no muy lejos de él, viéndolo. Sus ojos estaban enfocados en la tumba, fue cuando note que llevaba algo en la mano, un ramo de rosas blancas.
Las flores favoritas de Natasha.
Fabio se inclinó para colocarla en la tumba y se quedó así, de rodillas, sin moverse, se notaban algunas lágrimas bajando sobre sus mejillas.
Decidí irme, porque como dije era un momento íntimo.
×××
Ya en la residencia me adentre al baño y me duche.
Cuando salí de la bañera, me cepille los dientes y en el reflejo del espejo se veía alguien detrás de mi, mi salto —del susto— casi hace que se me caiga la toalla y menos mal no sucedió eso porque si no se me hubiera visto, todo.
— Oh perdón ¿Te asusté? —me dice Darla—
— Si, pero tranquila —le digo calmando mi respiración—
— ¿Sucedió algo? Te ves devastada
¿Se nota tanto?
— Ah es que no hace poco falleció una amiga y hoy fue su entierro.
— Ay como lo siento.
— Si, gracias.
— Que tal si para que te sientas mejor sales conmigo y unos amigos, les puedo avisar que vas tú también ¿Que dices?
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Disparo al Corazón
Mystery / ThrillerLa curiosidad mató al gato, pero el gato tiene 7 vidas ¿No?