Prólogo

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Golpeó con desenfreno la puerta, pero no se abre. Gritó, pero nadie escucha. Él me mira disimuladamente, seguro está pensando que es ridículo lo que hago, pero no me importa. Él ya no me importa.

Me apoyó contra la pared y deslizó mi espalda hacia el suelo. No me dirigió la palabra, y aquél silencio incómodo fue el detonador de mis lágrimas. ¿Como es que habíamos acabado así? Él un momento fue la persona más importante para mí, y ahora es solo un extraño conocido.

Disparo al CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora