-ˏ' 𝘌𝘧𝘦𝘣𝘰𝘧𝘪𝘭𝘪𝘢 ━━ 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘢𝘯𝘰 𝘎𝘶𝘻𝘮á𝘯

5 | Dia de campo en las montañas

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「Capítulo Cinco」

Las habitaciones de cada uno de los Madrigal estaban exclusivamente diseñadas para acomodarse al don y necesidades de sus dueños.

Así como la habitación de Luisa era una enorme sala de entrenamientos y a su vez un lugar donde pudiera relajarse.

O tal vez la habitación de Camilo, que cambiaba a su gusto y tenía cientos de espejos para que pudiera practicar sus impresiones de los demás, la veces que este quisiera.

El cuarto de Amelie era bastante peculiar en todos los sentidos, pues una vez que cruzabas la puerta en medio de la de Dolores y Camilo, podías encontrarte con una habitación bastante común y corriente para una adolescente de 17 años.

Una cama con mantas rosadas junto a una de las paredes, un pequeño tocador con algunos labiales y accesorios para el cabello. Incluso un librero de tamaño promedio donde encontrabas cientos de libros de historia que tanto le gustaban a Amelie.

Pero lo que hacía realmente especial su habitación, era el jardín que encontrabas atravesando uno de los enormes ventanales con vistas a hermosos paisajes dignos de una pintura Suiza o Austriaca.

Donde ahora mismo, Amelie se encontraba reparando la casita de su nuevo conejo, al estar decidida de querer tener más animalitos.

-¡Amelie!, ven rápido, estamos por salir al pueblo- Gritó su abuela, observándola desde las escaleras que llevaban a ese hermoso jardín.

Tuvo que cargar al señor patitas para dejarlo en su cama y asegurarse de que este no corriera hacia la fuente llena de peces que había en aquel jardín.

-¡Ya voy abuelita!, ¿Que me toca hacer hoy?, ¿iré a ver a los ancianos?, ellos me caen bastante bien, siempre me dan dulces por levantarles el ánimo, aun que la última vez Camilo me los robó y se los comió junto a Mirabel-.

Su abuela la miro algo desesperada pero con una sonrisa, sabía que cuando su nieta comenzaba a hablar sobre algo, no había quien la parase.

-No Amelie, hoy iras a ver a las vacas que están en las montañas-.

La castaña casi no lo creía, ¿Ir a ver a las vacas en las montañas?, se escuchaba como una tarea realmente ridícula, ¿que es lo que podía hacer ella con las vacas?, tal ves Luisa sería la indicada para este tema.

-Ya se lo que piensas, pero últimamente las vacas no están dando buena leche y el veterinario asegura que se debe a su mal humor, tu solo...- se detuvo antes de llegar al final de las escaleras y la miro- Encárgate de ellas-.

Se alejó con una aquella sonrisa que le daba a todos en el pueblo; para así acercarse a su familia que estaban en el recibidor terminando de alistar sus cosas para sus tareas diarias.

Amelie por su parte se miro a un espejo que había en la pared para corroborar que su vestido estuviera bien, también casi olvida sus cosas ya que pasaría todo el día en las montañas con aquellos animales.

Busco en la cocina, baño y sala para meter todo lo necesario en una canasta con lazos amarillos.

Lista para salir y hacer a su abuela sentir orgullosa.