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Mala idea, una idea muy mala. Pero, era su culpa, Zilver tenía un defecto muy problemático; era demaciado directo. En el momento de hablar decía las cosas sin pelos en la lengua, lo que ocasiona muchos problemas por que jamás mide las consecuencias de sus palabras. Ahora su castigo por haber hablado de más frente al comandante, era tener que ser castigado con trabajo público.
Y ahí estaba él, el trabajo era muy simple. Cuidar al mocoso del alcalde, un bebé de apenas ocho meces.
Pensó que sería fácil pero oh sopresa, aquel pequeño no dejaba de llorar.
—— Silencio, ahg... —— Seguía arrullando, no sabía que estaba haciendo mal.
Pero eso empeoro la situación. Los llantos se hicieron más escandalosos. La puerta se abrió, por fin estabas en casa. Pero en lugar de una bienvenida de costumbre, recibiste unos llantos.
—— Amor, ¿Por qué estás cuidando a un bebé? —— Cerraste la puerta tras de tí, viste a ambos.
—— Luego te explico, sólo... ¡Ya no lo soporto! ¡T/N, no sé que hacer! ¡No se calla! —— Sus gritos apenas se escuchan debido a los llantos. —— Ya lo intente todo, darle de comer, pañal ¡Todo!
La habitación era un caos, pañales limpios por todos lados, los cojines en el suelo y biberones en todos lados, por último un pobre erizo aún con su uniforme, quien sostiene un bebé llorón.
—— Chaos, dámelo.—— Bufas, dejas el bolso en el sofá para apresúrate asta llegar con ellos.
Con mucho cuidado tomaste a la criatura en tus brazos, poco a poco lo meces asta que esos llantos comienzan a desaparecer dejando un bebé dormido. Te tomo diez o más minutos,en ese tiempo tu lo seguías acunando, Zilver se cambió de ropa y ahora te mira al otro lado del sofá, tenía una sonrisa en su rostro, su mano estaba recargada en su mejilla.
Verte en esa faceta le encantaba, y después de mucho tiempo casados... Por qué no.
—— Serías una buena madre, amor. ——
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Sonic estaba muy inquieto, ya había hablado con Tails e incluso le pidió un concejo, T/N solía tener mareos constantes y ya no quería salir con él a correr o hacer actividades peligrosas como antes.
Ella estaba más... Risueña, aveces tenía cambios de humor y últimamente tenía mucha hambre.
—— ¡Hey! Hola. —— Sonic llegó corriendo como de costumbre, abrió la puerta de tu casa saludando con alegría y curiosidad.
—— Hola. ¿Quieres comer?
—— Uff, no me lo repitas dos veces. —— Froto sus manos, se asercó a tí y recargo su cabeza en tu hombro.
——¿Qué tal tu día?
—— Bah, la misión no fue la gran cosa. Solamente que al final tuvimos que calmar a los niños de la escuela.
——¿El gran Sonic calmando a pequeños? Aww, ojalá lo hubiera visto.—— Reíste.
—— Qué puedo decir, los niños me aman.
——¿Oh, de verdad? —— Te giraste para que ambos se vieran a los ojos.
—— De verdad. —— Afirma.
—— En ese caso, serías un gran padre.
—— Lo sé.
Demaciado despistado para entender.
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(Aaa, no las había puesto por que no había tenido imaginación con ellas jajs )
Mirabas a Rose de manera tan atenta, cada movimiento que hacía para calmar a los pequeños de tres años. Afuera todo era un caos, Sonic como siempre protegiendo a los ciudadanos de los robots de Eggman, mismos que destruyeron la guardería como daño colateral.
—— Ya ya, pasará rápido. ¡Sonic no dejará que les hagan algo! —— Repetía una y otra vez la eriza rosa.
Poco a poco los pequeños cayeron ante las palabras de Amy, ya más tranquilos empezaron a dormir y otros a jugar. Los sonidos disminuyen pero eso no vasta. Los más pequeños tenían aún más miedo, se abrazan a Rose mientras piden abrazo o que les cante una canción. Fueron horas junto a los niños, pero Amy y tú (en su mayoría Amy) se encargaron de todos ellos.
Rose dejó a uno de los menores en una cuna, lo arropó y después suspiró.
—— Rose , Rose. —— Cantaste mientras apoyas tu codo en la mesa. —— Sin dudas, serías una gran madre.
—— ¿Tú creés? —— La eriza rosa sonrió mientras sus mejillas se tornan de un color rosado.
—— Si, lo creó.
—— Tal vez , algun día.
Ando de un tan buen humor, que estoy actualizando constantemente. (◕ᴗ◕✿)
