¡Atención! Los hechos escritos aquí son solamente fantacia encargada de entretener. No es responsabilidad de la autora sino de quién lo consume.
Este One Short es recomendado para mayores de 14 años.
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Suspiras.
Era un día pacífico, la luz del sol ilumina el hermoso día y eso era lo que te hacía más feliz.
Miraste hacía abajo, él estaba sólo en el pastizal alto de la pradera, bajo ese árbol de manzanas junto a los arbustos de fresas.
Se veía tan lindo, tan calmado y sereno como siempre. Era tan... Atractivo.
Así pasaron las horas , hasta que se oscureció y él se fue.
Shadow.
Ese era su nombre. Nombre de quién tú estás enamorada.
Mientras los días pasaban, tus sentimientos crecen más y más hasta sentir que morirás si no podías verlo un solo día. Te escondías tras lo que fuera y lo observas desde la distancia. Tu mejor amiga siempre te aconseja que vayas y le hables, que intentes acercarte a él, llegar a ser su amiga y quizá... Algo más. Ese era tu sueño, tu deseo más preciado y por el cual rezas todas las noches. Pero eras demaciado penosa. Sabes la actitud de Shadow , y como de un abrir y cerrar de ojos el podría rechazarte, aunque si lo hiciera, eso no te importaría. Despues de todo; tú lo amabas.
Un día, intentando juntar valor para hablar con el azabache, cuando todos tus intentos se desvanecieron cuando una chica se asercó a él.
Una eriza color rosa, con ojos jade, un vestido rosa con blanco que le quedaba perfecto en su esbelta figura. Sus púas atadas en una coleta hacían que sus ojos resaltarán aún más.
Tu corazón dió un vuelco, no sabías que él tenía novia...
No.. no podía serlo. Nunca la habías visto, jamás la escuchaste mensionar. No sabías quién era o qué era de él.
Solamente podías sentir un dolor en el pecho y algo más, algo que era nuevo para tí. Pero esa escena te dejo algo en claro, que si tú no te dabas prisa, ellas te lo robaran.
Al día siguiente.
Shadow, al abrir su casillero encontró una cajita de color rosa. Supuso de quien era. Excepto que la letra era distinta, era más gruesa , nunca la había visto.
Cuando abrió el pequeño obsequio, vió unos dulces de caramelo, color rojo. Olían a fresa.
Sonrió suavemente, estaba feliz. Nunca antes lo habías visto sonreír.
No solo estaban los dulces, había una nota que decía: “Mañana espera otra sopresa ♡”
Eso aumentó su felicidad (aunque no se note). Tomo un dulce y lo colocó en su boca, después cerro el casillero y se fue saboreando el dulce sabor de la fresa.
Al llegar a tu casa, arrojas tu mochila al sofá, corres a tu habitación y te dejas caer en la cama. Estabas tan contenta, querías gritar y celebrar, tus mejillas estan rojas y no podías sacar a Shadow de tu cabeza.
––– ¿Cómo te fué? ¿Funcionó? ––– Tu mejor amiga se sentó a tu lado. Estaba mirándote curiosa.
Te levantas. Sonries aún más grande.
––– ¡Si! Funcionó. ––– Peinas un mechón de tu cabello, te levantas de tu cama y tu amiga copia tu acción. Ambas bajan por las escaleras. –– ¡Los dulces le encantaron! ¡La receta salió increíble! ¡Gracias, amiga!
–– No necesitas darme las gracias, lo que sea por tí T/N. Somos amigas desde la infancia.
Ella te observo tomar una de tus llaves y abrir la puerta de madera que estaba frente a ti.
–– ¡Debo empezar a preparar el siguiente postre para Shadow! ––
Enciendes la luz de las escaleras, la madera rechina y cruje con cada paso que dan.
–– ¿Tienes alguna idea T/N?
–– Bueno, se que su color favorito es el rojo, así que pensé en un pastel bañado en salsa roja. –– Colocas tu mano en tu mejilla, tus ojos se parecen iluminar por unos segundos. –– Oww, no puedo esperar...
Ambas estaban frente a frente, sonrien. Estaban tan contentas de poder cocinar juntas y hacer una nueva receta.
En un movimiento ambas giran sus cabezas a la misma dirección, la luz se enciende haciendo que sueltes una risa.
—— Creó que lo mejor fue el color. –– Dices espontáneamente, caminas unos pasos hacía la mesa que tienes frente a tí. –– ¡Fue un rojo tan magnífico! ¡Tuviste una gran idea!
–– Gracias T/n. Pero fuiste tú quien lo agregó a los dulces.
–– Quería que el color fuera hipnotizante. –– Ríes aún más escandalosa. –– Después de todo. La sangre de esa chica tenía un color rojo precioso. Oww, a Shadow le encantó.
Tus ojos bajaron hasta topar con las capturas de sangre, las agujas y tubos que utilizaste para drenar todo ese bello líquido rojo que aquel azabache había disfrutado tanto. Tu ingrediente secreto; la sangre de la eriza rosa. La misma chica que estubo ayer con Shadow. Ahora solo quedaba la piel.
Reíste.
–– ¡ Seguro mañana gozará de su sabor! –– Dices con tus manos entre tu cabello , tus ojos se iluminaron ante aquel espectáculo en el sótano de tu casa. –– ¡Pronto la espera habrá valido la pena! ¿Verdad, amiga?
La misma voz te contesto, pero no había nadie. Nadie más que tú, y aquella amiga imaginaria que tú habías inventando, por supuesto las voces alimentan tus ideas, las recetas vienen y van en tu cabeza. Entre risas y salpicadera perdidas poco a poco la cordura y te sumerges en ese líquido rojo.
Tu risa se hace más escandalosa mientras más tiempo pasas ahí, la sangre salpica tu vestido y Shadow viene a tu mente una y otra vez.
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