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Nota: N/H (nombre de tu hijo u hija)
–– Bien, escucha. Necesito que te quedes aquí en lo que papá busca algo importante,¿Okey?–– Manic deja al pequeño de dos años sentado en el sofá del cuartel
Tu habías salido con Sonia dejando a Manic al cuidado de su hijo. Y aunque él había asegurado y jurado que cuidaría a su engendro, tú habías salido de ahí con un mal sabor de boca.
Manic se retiro de la sala yendo hacía el almacén de armas (por que efectivamente había armas por todos lados) y siendo el más precavido al intentar no tocar nada. Se encontraban en el cuartel de la que alguna vez fue la resistencia, necesitaba descargar unos montones de granadas para ser desarmadas y como tenía a su pequeño ahí, no se le ocurrió algo mejor que llevarlo consigo.
Pasaron vente minutos cuando ya las cajas estaban acomodadas y listas para que sus compañeros las recogieran , así que fue a ver a su hijo.
–– Campeón, ya regrese. –– Abrió la puerta de la habitación.
Sintió que su corazón dejo de latir, cuando oh sorpresa, su hijo no estaba donde lo dejo.
–– Nononono. –– Levanto los cojines y reviso bajó la mesa, sin rastro de él.
Sabía que si tú te llegas a enterar de que perdió a su hijo en un edificio lleno de armas eventualmente peligrosas y mortales, lo matarás.
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Si hablamos de Espio, todos sabemos que él, es perfecto.
Aunque no lo parezca, tiene un sentido paternal y eso es canon. Protector sin duda, y más si se trata de su hijo.
Esta vez, no sabe como se le pudo escapar de las manos.
Si bien, su hijo no se parece en carácter a él sino a tí. Debe tener a su hijo doblemente vigilado.
Estaban tomando un descanso de su entrenamiento, Espio enseñaba a su hijo el arte ninja y toda su cultura, mientras su hijo tomaba agua , Espio fue al almacén de armas, tomo lo que necesitaba y después salió.
–– Hoy tendremos un entrenamiento más...- –– Miro a ambos lados sin rastro de su hijo.
Fue cuando un grito a la distancia hizo que todas las armas cayeran al suelo; Espio comenzó a correr y con ese instinto protector saco sus armas listo para atacar.
–– ¡N/H!
Grito llegando al lugar, para su sorpresa. Su hijo estaba riendo entre las ramas de un árbol al borde de un precipicio.
