TU PASADO ENTRE NOSOTROS

CAPITULO 6: ACERCA DE MI CREDIBILIDAD

ANTES

Desde que mi padre trabajaba en Japón de forma permanente, llamaba los fines de semana y conversábamos por horas. Decidí decirle acerca de mis preferencias y no me juzgo. Pudimos retomar nuestra relación y compartir muchas cosas, como cuando era un niño.

Su trabajo como fotógrafo paisajístico lo obliga a viajar por todo Japón, me enviaba fotos para darles mi visto bueno y yo le enviaba los folletos para elegir universidad.

Mi gran sueño era estudiar Ciencias Farmacéuticas y Bioquímica. Mi padre me ayudaba a elegir la mejor universidad y me motivaba, porque según sus palabras estaba definiendo mi futuro y debía estudiar lo que verdaderamente me apasionaba. En realidad, quería ser perfumista, sabía que tenía que formular muchas cosas y para eso debía saber sobre ciencia farmacéuticas pero el otro lado de ser perfumista era tener el talento para diferenciar y mezclar aromas, ese era el lado artístico que también tenía que perfeccionar.

Mi madre era otra historia, fue despedida del trabajo de su vida como ella lo llamaba. Había invertido varios años en esa agencia de turismo y aun así todo se fue a la quiebra. Con 40 años a cuestas encontrar un nuevo trabajo en Corea es casi imposible. Así que se la pasaba en casa malhumorada por todo y retándome cada que nos veíamos.

-¿Por qué no lavas lo que ensucias? - la ignoro como siempre y subo a mi habitación para encerrarme. Mi habitación era mi santuario, me gustaba pasar largas horas ahí haciendo de todo un poco, pero mi pasatiempo favorito era conversar con papá.

No me gustaba discutir con ella, porque todo se resume a que yo prefiero a papá, y eso es cierto así que no tiene caso discutirlo. Escucho que la puerta es azotada y estoy seguro que regresara tarde. No me interesa a donde sea que vaya porque en el pueblo ya se cotillea que esa mujer esta con Jo Jungsuk, no quiero decirle a mi padre porque no me consta, pero todo es una mierda, ya no veo las horas de irme a Seúl y estudiar en la universidad.

***

-No juegues sin haber estirado antes- es el concejo del señor Kang. Mi profesor de deporte es de esos tipos que todo mundo aprecia, es homenajeado en su cumpleaños y los alumnos le llevan dulces y regalos.

Lo aprecio porque como dije antes siempre me defendió, ya no se meten conmigo. Solo faltan dos meses para terminar este suplicio y estoy casi saltando de felicidad. No veo las horas de ir a Seúl. Papá prometió que nos mudaremos ahí y tendremos un perro para ir a correr los fines de semana. Se nos había dado por correr cuando él venía a Jeju, habíamos establecido una marca y siempre buscábamos superarnos.

-Puedes recoger los balones por favor Do- asiento y cargo con el costal hacia el almacén. Espero para poder ducharme porque no me gusta hacerlo con gente cerca mío. Reviso mis redes y le doy me gusta a los trabajos de papá en la página oficial del National Geografic. Sus fotos son espectaculares y aunque el me intento convencer de que tome su camino, prefiero solo ver fotografías, el proceso de tomarlas es realmente agotador.

Cuando al fin estoy solo, elijo un cubículo y pongo mi música a todo volumen, me desvisto de prisa, debo apurarme porque tengo libros que devolver y la biblioteca va a cerrar en 30 minutos.

Froto mis cabellos con abundante shampoo, detesto sudar y el mal olor que desprendo. Escucho que algo cae, y cojo una toalla, espero, pero nada, continuo con mi cometido y enjabono mi cuerpo a conciencia.

-Lo siento, me prestas algo de shampoo- doy un respingo y volteo al escuchar esa voz ronca.

El señor Kang está allí desnudo mojado y bastante cerca para mi gusto. Me cubro de manera inconsciente y le extiendo el frasco en silencio.