Rasa había permanecido neutral al inicio de la guerra y hasta la fecha seguía permaneciendo impasible de querer inmiscuir a su nación y gente en una guerra ajena a ellos. Pero era consciente que en algún punto alguna de las naciones conflictadas terminaría por pedir de su ayuda. Y para ser totalmente honestos Rasa no estaba en posición de meter su nación en una guerra que nada les incumbía a ellos pero tampoco podía darse el lujo de no prestar su ayuda.
El señor feudal del país del viento les había quitado los ingresos económicos desde ya hace un tiempo, después de la muerte del tercer Kazekage el mundo se sumió en una guerra shinobi en que todas las grandes aldeas se vieron involucradas, fue muy tonto de su parte el creer que podría traer su aldea a su antigua gloria, la era dorada de Sunagakure estaba lejos de ser alcanzada, hasta ahora todos sus intentos para que la economía se fortaleciera no había dado frutos y la milicia shinobi no pintaba muy bien tampoco.
Sin embargo había tratado una última vez alcanzar un poder militar a la par de las demás aldeas, su hijo menor había sido su ultima esperanza, la idea de sellar la bestia de una cola en su hijo nonato le había causado tremendo insomnio, jamás pensó que llegaría a extremos como esos, utilizar a su familia para los fines de la aldea había sido su punto más bajo, pero la desesperación de no poder lograr nada, de no poder hacer nada, de que todo lo que trataba fallaba lo estaba volviendo loco y sin duda enloqueció.
Su mujer murió como resultado de su estúpido experimento y su hijo que el pensaba que sería la arma perfecta terminó siendo otro fracaso más de la montaña de fracasos que ya llevaba acumulando, su vida y sus méritos no podían ser más patéticos, sin embargo pese todas las desgracias y fracasos que había tenido no sólo el pero su aldea y gente por igual, sus hijos terminaron por convertirse en la solución a sus problemas, se habían convertido en los ninjas más poderosos de todo Suna. Temari era una kunoichi hermosa como despiadada, Kankuro era un shinobi que a plena vista dejaba mucho que desear, al sonreír y hacer chistes todo el tiempo nadie se lo tomaba en serio, nadie a menos que un enemigo estuviera frente el, solo entonces mostraba lo tétrico y desalmado que podía ser y finalmente su último hijo, Gaara, al principio había resultado un fracaso que había tratado de eliminar para no traer más penurias a su aldea, pero ese niño se tranformo en exactamente lo que necesitaba, una máquina asesina, frío, cruel y despiadado sin una pisca de misericordia en el, lo cual para muchos de los habitantes de su aldea era un problema, en sí Rasa estaba más que sabedor de la personalidad errática de su hijo, de cómo disfrutaba matar y ver sangre, de cómo no seguía órdenes, pero aunque el menor de sus hijos era un basto problema, era un problema que el no planeaba eliminar, desde que Gaara había tomado control de la bestia con cola las aldeas que antes amenazaban con un posible ataque a su debilitada nación se habían esfumado como las tormentas de arena del desierto. La oscura y sangrienta reputación de Gaara se conocía por todo el mundo, nadie los atacaría tan fácilmente mientras Gaara estuviera con ellos.
Pero eso igualmente traía un problema más.
Miro el pergamino que había abierto y leído, al final del pergamino justo a lado izquierdo estaba la firma del Yondaime de la hoja.
—Señor —Baki llamo a su líder—. Si no le molesta que pregunte ¿pero planea ayudar al Hokage?.
Rasa volvió a enrollar el pergamino, manteniendo una expresión impasible, indescifrable para el Jonin que se encontraba frente su escritorio.
—Necesito una reunión inmediata con el consejo, mandalos a llamar —Ordeno a tiempo que se ponía de pie—. Los esperare en la sala del consejo.
Baki lo miro salir y entendió que no planeaba darle una respuesta, evidentemente esperaría a ver que le aconsejaba el consejo y de ahí partiría con su decisión. El hombre ahogó un suspiro, trabajar para el Kazekage y sus hijos no era tarea fácil, la mayoría del tiempo tenia más estrés de lo que una misión comandada por el podía causarle.
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Sweet Fantasy [SasukexHinata]
Fanfiction𝐸𝑙 𝑑𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑒𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑏𝑎𝑟𝑎𝑗𝑎 𝑙𝑎𝑠 𝑐𝑎𝑟𝑡𝑎𝑠, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑠𝑜𝑚𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑗𝑢𝑔𝑎𝑚𝑜𝑠... Sweet Fantasy. ADVERTENCIA: la historia se desarollara en un ambiente tal...