Capitulo 2: yuuri the common guy

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Acaba de sonar la campana que inicia el fin del ciclo escolar por ese día, un cansado joven pelinegro de asiáticas facciones y ojos marrones, de un color hipnotizante, del que casi nadie se percataba porque el chico siempre se encontraba mirando hacia a abajo o simplemente desviaba la mirada, buen estudiante, pero introvertido y de pocos amigos.

-katsuki! Para la próxima quiero tu proyecto listo, no lo dejaré pasar esta vez me oíste!?- el japonés miró en dirección a los gritos, era el profesor de expresionismo*.. para el día de hoy debían presentar algo que quieran ser, algo que anhelaran poder hacer o sentir libremenete dejando de lado la personalidad actual y el estigma que tengan de sí mismos.

Yuuri hubiera preferido que fuera un ensayo, o quizá un dibujo o pintura, pero no, debía ser algo expresado con el cuerpo. Y aunque el chico amara expresarse con su cuerpo, nunca lo había hecho tal y como el era...

-okay...- susurró el chico para sí mismo, el sentía que realmente no sabía como expresar de manera adecuada lo que quería, ni siquiera tenía una idea clara, en su mente había un caos de ideas que iban y venían, nada concreto, solo imágenes mentales de lo que el alguna vez, quizá si se armaba de valor, entregarse completamente a su tan anhelado "amor" no era un amor romántico, este era un amor hacia sí mismo, amor en el que el japonés tenía la esperanza en que este podía armarlo de valor para personalizarse tal y como le gustaría que lo miraran, el era simple y sin gracia, más aburrido que el pavimento en las aceras.. no había nada interesante en el, bueno al menos así era como el se veía así mismo.

Yuuri katsuki, nacido en hasetsu Japón, segundo hijo de la pareja katsuki, actualmente tenía 23 años de edad, estudiante de último año de la facultad de Artes escénicas de la universidad de San petesburgo, y aunque yuuri tenía la idea de que su aura no era atractiva, y quería su apariencia no le ayudaría, amaba el arte, amaba usar su cuerpo para expresarse, su voz era su medio para sacar lo que las palabras no podían transmitir, y el baile era el vínculo que usaba para que sus sentimientos alcanzasen a las personas a su alrededor... pero nunca tendría el valor de hacerlo siendo "él mismo"
Yuuri nunca se consideró así mismo un nerd, pero además del arte sus conocimientos generales eran bastante amplios, en su infancia había sido un estudiante modelo, con notas perfectas, no había tenido muchos amigos, bueno, no es como si hubiera tenido mucho tiempo libre, entre clases de ballet, idiomas y la escuela.
Cuando yuuri se graduó de la escuela primaria sus padres decidieron mudarse a Rusia, pues su padre había conseguido abrir otra extensión de la compañía que dirigía, y con su cachorro Vicchan, un pequeño caniche al cual amaba, era su mejor amigo y su maleta en mano, el pequeño japonés voló con su familia rumbo a Rusia.

Yuuri iba caminando por los pasillos cargando su bolso mientras miraba hacia abajo, tenía los auriculares puestos y someone to you de banners se estaba reproduciendo, el japonés iba perdido en sus pensamientos, tarareando la canción, pensando en que podría hacer para su proyecto y que el anciano dejara de molestarlo, bueno, así era como yuuri llamaba a su profesor en su mente, no se atrevería a decirlo en voz alta.

¡pam!

Hubo un pequeño estruendo y había papeles y libros tirados por todos lados.

-maldita sea! Llevo prisa, por qué no te fijas en el camino¡?- la voz provenía de un chico rubio arrodillado recogiendo los documentos que había dejado caer previamente.

Yuuri reaccionó rápido.

-L-lo siento! Fue mi culpa..- se apresuró a extender su mano para ayudar a que el chico se levantara, este lo miró unos segundos y luego aceptó su ayuda.

-la próxima vez no seré tan paciente cerdo- cerdo?... yuuri no entendió lo que quiso decir el menor, pero no se sintió ofendido. El chico rubio sacudió sus pantalones de jean y la chaqueta de animal print que traía puesta, debía gustarle mucho ese estilo. Al terminar el chico simplemente se fue sin mirar atrás y yuuri no hizo nada más que soltar un suspiro.

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