Cap 4

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Mora

Viernes.

Acabo de llegar a la casa de Cami y ya todo es un caos. Hoy tenemos nuestro partido de voley pero antes nos ponemos manos a la obra con los pasteles y cupcakes que pensamos vender mañana antes del partido de los chicos a fin de recaudar fondos para el viaje de fin de año.

Por eso es que en ésta cocina tan grande hay gente batiendo, jugando con harina y riendo por todos lados.

- Mi mezcla ya está - anuncia Eva, nuestra compañera.

- Uy! me olvidé de precalentar el horno - dice Cami. Elegimos su casa, ya que tiene la cocina más grande de todas nuestras casas.

- Hola, ya llegué!- grita Kari.

- Era hora, estás media hora....

- Hola,ya llegué yo también! - se escucha una voz detrás de ella y diviso a Joan.

Automáticamente me quedo sin palabras. Es cierto que casi todo el equipo de fútbol está aquí, pero verlo siempre causa una sensación rara en mí. A pesar de haber perfeccionado la técnica de "todo me da igual", convivir en el mismo espacio con Joan sigue dándome una sensación de vulnerabilidad y escalofríos que no me es fácil controlar.

- Sí, ya sé que vengo tarde, es que pinche una rueda de la moto y Joan para traerme se tenía que duchar y bueno, se me hizo tarde,perdón, pero ahora ya llegué. En qué ayudo?- dice mi amiga quitándose su chaqueta de jean.

-  Nosotras ya hicimos la mezcla para todos los cupcakes, tendrían que hacer la mezcla para los pasteles.

- Ok- dice Joan dejando las llaves de su auto y el celular en la campera de Kari

- Qué pensás que estás haciendo?- pregunto y me doy cuenta que quizás sonaron un poco cortante mis palabras.

- Ayudar morita- apodo que no me gusta que me diga y lo sabe, así que sólo busca enojarme- también es mi viaje y si hay que ayudar, ayudo.

- Por favor, no sabrías hacer un huevo frito- me río

- Bueno pero todo se aprende no? Qué tan difícil puede ser preparar un pastel?

Sebas, Iván , Fede y el Chelo están en el living jugando a la play, los demás de los chicos están fisgoneando a la espera de poder robarse algún cupcake cuando nos distraigamos, las hermanas del chelo pusieron música así que entre que bailan, charlan y controlan la temperatura y el tiempo de horneado, solo quedan la mezcla de mi pastel y el de Joan.

- No tenía idea que cocinaras- rompo el hielo. Ambos pesando y juntando los ingredientes en los recipientes donde los batiremos,sobre la encimera de un negro algo afectado por la harina que está por todos lados.

- No tenés idea de muchas cosas sobre mi,morita. No hablamos mucho, así que no me sorprende. Aunque es raro, siendo que prácticamente te la pasas en casa- dice batiendo la preparación.

Veo los músculos de su brazo tensarse por el movimiento del batido y como muerde levemente su labio inferior demostrando concentración.

- Es verdad, aunque tus "aficiones" te llevan a estar más en oficinas que en tu casa.

Lo dije sin reproches pero se ve por la liberación de la risa de Joan que fue un buen chiste.

- Nadie se va a olvidar de eso verdad? Fue una estupidez, sólo eso.

- Qué? Estar enamorado de la hija del director?

- Quien habló de enamoramiento? Pasamos el rato. Se llama divertirse Mori. Quizás deberías intentarlo.

- Paso. Para ustedes es fácil besarse con una y otra. Podrían hacerlo hasta el infinito y jamás nadie los juzgaría por ello. Si yo me divirtiera- digo haciendo comillas con mis dedos- de esa manera,los dos sabemos de qué clase de mujer me tildarian y no tengo la personalidad como para soportarlo. Ni tampoco las ganas de hacerlo.

Sigo con mi batido y mi explicación.

- Además no sé cómo separar los besos de los sentimientos. No sé cómo lo hacen ustedes. Divertirse podés divertirte patinando sobre hielo, jugando a las cartas con amigos, yendo de fiesta,pero algo tan íntimo como un beso, no lo sé, no sabría cómo desenchufar mi lengua de mi corazón. Es algo muy delicado y ver cómo la gente lo regala como si no fuera la gran cosa, me maravilla, pero en el mal sentido de la palabra.

Levanto la vista de mi mezcla y puedo ver que Joan me mira de forma respetuosa, al tiempo que vuelve a su trabajo.

- Perdón si te mareé.

- Creo que tenés tu forma de verlo y lo respeto. A veces está bueno hablar de cosas profundas. Hace mucho no hablábamos y...

Su silencio me da a pensar que ya sé hacia dónde va a dirigir sus palabras.

- No importa ya Joan, de verdad- digo retomando mi labor.

- Creo que sí... no supe que decirte desde... Bueno, desde lo de tu mamá- continuó con sus ojos fijos en su bol- Teníamos la misma edad y no supe que hacer. No es que estuviéramos listos para algo así pero, Kari podía abrazarte y eso te reconfortaba algo y yo...yo no supe qué hacer y ..solo... dejé que Kari se encargara por los dos de acompañarte. No creí que fuera bueno en todo eso que se hace para animar...lo siento... ahora dicho en voz alta parece un argumento de mierda - ríe.

De repente la música ya no nos llegaba. Ésta conversación se había encargado de construir un muro entre nosotros y el resto de la casa. Un escudo invisible dónde después de años de ser extraños, parecía que no todo estaba perdido. Donde podíamos decir, aún en timidez lo que nos sucedió, porque perder a mi mamá me afectó, sí, muchísimo, pero también les afectó a ellos, a su relación conmigo, a su modo de ver la muerte y la tarea de dar consuelo a quién lo sufría a la misma temprana edad que ellos.

Y eso es un asco, pero la muerte es parte de la vida y todos aprendemos a fuerza de prueba y error.
Y al parecer todavía teníamos tiempo para tratar de enmendar algo de esos errores.

Nos dimos una sonrisa que sellaba algún tipo de acuerdo invisible en el que ya ésa etapa de nuestra no amistad quedaría olvidada y, llevamos nuestras mezclas a los moldes ya listos para el horno.

-Gracias _ le respondí por lo bajo_.

- Por qué me agradeces? Por ser un amigo de mierda?

-Por ser un buen amigo ahora.

Dejamos todo limpio y, lejos de seguir con una explicación larga y sin sentido, porque de verdad, ya me había dicho lo que se ve quería decirme, me dió una sonrisa, a modo de mueca y se dirigió a la heladera.

Me quedé con las chicas hablando, viendo a Joan tomar un vaso de agua yendo hacia el living donde los chicos gritaban "TRAMPOSO!" a alguien y me quedé pensando en la grata sensación de recuperar algo perdido... algo valioso.

Te RetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora