Cap 7

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Mora

Salí de la habitación de Joan directo a la de Kari.

No me sentía cómoda con bajar y ver la mirada acusadora del moreno luego de haber interrumpido la charla algo íntima que estábamos sosteniendo con mi amigo, así que dirigí mis pasos hasta la habitación de al lado y cerré la puerta tras de mí.

Agradezco no haberme bañado antes, porque la cercanía y el contacto de sus manos en mi rostro, despertaron sensaciones en mí que de verdad necesitaban un poco de agua fría en éste momento.

Organizé mi ropa sobre la cama de la rubia que aún cubría un viejo pero bien conservado cobertor rosa de princesas.

Siempre me encantó, tenía muchos recuerdos de pijamadas hasta altas horas de la noche despiertas,con linterna debajo de ése acolchado,conversando y riendo, olvidandome de a momentos el dolor de haber presenciado los últimos momentos de vida de la mujer que más amé y el dolor que su falta me generaba.

Tenía tantas cosas en mi corazón que sanar que no quería determe a pensar en ello.

La habitación era simple y bonita. Blanca con detalles negros. Una cama grande, el placard con un poster de Shawn Mendez había reemplazado al de Miley Cyrus pre-locura y ese, a su vez, al de los ositos cariñositos. Aún quedaban algunos vestigios de nuestra infancia, como peluches decorando en estantes y, el famoso acolchado.

Me dirigí hacia el baño de la habitación y, tras encender la ducha y regular la temperatura, ingresé y dejé que el agua a temperatura justa relajara mi cuello y espalda.

Recordé lo que Joan me había dicho.

Me había dado un beso, un beso robado...mi primer beso.

Cómo podía ser que no lo recordara?

Los recuerdos de ése día, mi mano sosteniendo la de mi madre, una niña intentando guardar las lágrimas para darle fuerzas a una moribunda mujer, mi mamá, la mujer de mi vida. Ver como su vida se le escurria entre los dedos y un maldito carcelero se la lleva y la aparta de mi lado para dejarla en donde no puedo ir a rescatarla, como su cuerpo sucumbe ante el enemigo más implacable, la muerte, sólo había dejado dolor y arrasado con toda memoria de alegría de mi corta vida, llevándose el recuerdo de cosas felices, como el beso de Joan.

No había otra explicación.

Hubiera amado recordar ése beso, aunque sólo haya sido un leve roce de sus labios.

Odio no recordarlo, aunque considero tan importante e íntimo un beso que por otro lado lo agradezco.

Lavé mi pelo y después de enjabonarme y limpiarme, sali de la ducha.

Con una toalla en mi cuerpo y otra en mi pelo, me dispongo a cambiarme y maquillarme, ya que no falta mucho para que los chicos lleguen a la fiesta y, de verdad necesito distraerme con mis amigos.

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- Te estoy diciendo que es verdad. Te acabo de mostrar el video.

- Quizás lo malinterpretaste...ellos recién hace unos días volvieron a hablarse...no puede ser.

- Kari... cuándo te mentí?

- Nunca Lu, pero...no sé...a ver, ponelo de nuevo.

Las palabras de mi hermano con ambas manos en las mejillas de mi amiga y ella abrazándolo daban que pensar, es verdad.

- No lo sé, quizás estaban hablando sobre algo..que se yo, íntimo.

- Sos terca eh! Te estoy diciendo que ahí pasa algo.

- Mirá Lucas, es mi amiga y es otro tipo de relación el que tienen, no lo entenderías.

-No? Por qué lo decís?

-Bueno, quizás porque nunca tuviste una amiga mujer, por ejemplo.

- Y vos? Qué sos? No sos mi amiga acaso? O sos hombre y no me enteré?

Le doy un golpe en el brazo- Torpe! No seas así. Pero es la verdad. Somos amigos pero no hablamos de cosas íntimas nosotros. Con Mora tenemos un pasado en común. Muchas anécdotas, ella vive prácticamente acá, falta que mis papás le firmen el acta de adopción.

- Mirá, no sé de qué hablaban- dijo él deteniendo mi explicación- pero esto- señaló la imagen congelada en su celular- no es típico de amigos. Sino, comprobalo vos misma- dijo el morocho dejando a un lado su celular y dirigiéndose hacia mí. Tomó mis manos y las hizo reposar en su cintura, recreando la pose en la que se encontraba Mora en la imagen. De repente sentí mis manos aguarse gracias a la transpiración nerviosa que me nació al sentir la cintura dura del ojiazul frente a mí. Un cuerpo de deportista sin duda. Gracias dios del futbol, hoy creo en tí.

Se acercó a mi cara y estando su rostro a  escasos centímetros del mío, sentí mis mejillas encenderse ante el toque suave de sus dedos... Mierda, tenía que darle la razón.

Sus labios empezaron a moverse,y mis ojos los escrutaron.

- Ésto te parece amistoso, rubia? -susurró y su aliento llegó a mis labios- qué pensás ahora?- dijo levantando una ceja.

Nuestros ojos se encontraron y no pude evitar ponerme nerviosa.

Sus ojos miraban mis labios y volvían a ver más arriba de nuevo. Mi corazón latió con desesperación por esa pequeña acción y quise prolongar ése momento.

Carraspeé para aclarar mi garganta que sentí seca y marchita ante la situación.

- Eeeemmm...ok, probaste un punto... tenés razón- dije.,separando mis manos de él rápido como si hubiera tocado algo prohibido- pero eso no quiere decir que tengan algo.

-No, perooo.... tampoco quiere decir que no podría pasar, no sé, algo como que quisieran estar juntos.

- Estás loco,lo sabías?

- No lo niego, pero sabés por qué lo hago?Los dos sabemos que ésa bruja de Mía no tiene buenas intenciones con Joan y él parece un idiota siguiendo con ella- detuvo su hablar para ver si alguien asomaba por la escalera ya que se escuchaban pasos provenientes de arriba- ésto es perfecto- dijo mostrando la pantalla de su celular.

- Qué pensás hacer?- dije y ví los pies de Joan comenzar a bajar por la escalera.

- Después lo hablamos, pero vos y yo, nadie más- cortó Lucas e hizo como si estuviera mirando los cables del equipo de sonido.

Asentí y caminé lo más normal hacia mi habitación, revolviendo el pelo de mi melli al cruzarnos en la escalera. Lo sentí maldecir y llegué a la habitación con una sonrisa. Todavía no sabía cómo pero a ésa manipuladora de Mía le quedaban pocos días de reinado sobre mi hermano.

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2022 ⏰

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