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Pov: Kuroo

Mis dedos tocando cada tecla, moviéndose con tanta familiaridad por todo el lugar. El piano suena increíble el día de hoy.

Siempre me hace feliz tocar y hoy no es la excepción. Mi día fue lo suficientemente bueno como para no dar créditos a la razón. Mi tarde fue grandiosa gracias al rubio de lentes.

Mientras toco, el momento de hace unas horas regresa a mi mente. El haberlo dejado sólo estudiando me molestó mucho, pero no todo es malo; pasar ese pequeño momento con él me ha dejado un gran sabor de boca y no lo digo sólo por las gomas de cereza. Espero volver a verlo pronto.

Disfruté su compañía..

-Wow eso fue estupendo amigo. -Las manos de Julia se postraron en mis hombros borrando todos mis pensamientos.

-Gracias Julia. Siento haber llegado tarde, el trafico es terrible.

-¿Ah?, si seguro. No te preocupes. Últimamente la ciudad está muy despierta, inclusive por estas horas. -Mencionó. -El club cierra hasta las 9:00 p.m., podemos disfrutar del lugar todavía.

Estar con los chicos del club es agradable. Puedo decir que me relaciono con todos y de vez en cuando hago de su maestro.

El lugar está aquí desde hace pocos años; el padre de Julia decidió comprar el estudio para clases y ensayos de su hija, lo cuál desde entonces se ha convertido también en el mío.

Tocar y practicar rodeado de gente que disfruta de la misma música que yo, ahora es algo cotidiano pero que sigo disfrutando mucho.

-¿Tenemos nuevos novatos por entrar?. -Pregunté

-Algunos en la lista. Aunque, parece ser que harán falta un par de maestros.

-¿De qué hablas? Conmigo es suficiente. -Sonreí guiñandole el ojo.

En la sala, alguien más se hizo presente. Una cara bonita entraba al lugar con un par de periódicos en la mano. Hizo sonar su carismática e insoportable voz por el lugar.

-Kuroo Tetsuro, siempre tan engreído. -Dijo aquel hombre sonriente.

-Pero, ¡Oikawa!. ¿Qué haces aquí hermano?. -Mencioné dando unos cuantos pasos para abrazarlo.

-¿Te soprendo?. -El tipo que recien llegaba se encontraba mirando todo a su alrededor. También correspondió a mi abrazo.

-Pues... realmente algo. Pensé que ahora eras un chico de Brooklyn.

-No te confundas, Tetsuro. Claro que lo soy, estoy aquí por puro placer. Quería verte, y por supuesto a mi linda maestra. -Continuó diciendo. -Hola Julia. ¿Qué tal el clima en Manhattan?

La sonrisa de Oikawa parece ser bastante segura. Es una de sus cualidades, la seguridad. Y por supuesto también su encanto con las chicas.

-Vaya, gracias por acordarte de tus superiores. -La chica contestó.

-¿De qué hablas? Los meses aquí fueron los mejores. Me encantó formar parte del grupo de los tres novatos.

Como dije antes, actualmente Julia y yo tomamos el puesto como maestros para chicos que quieren crecer en el mundo de la música, luego de sus prácticas el estudio es completamente para nosotros.

Antes no era así. Ambos solíamos formar parte del primer grupo de alumnos que se desarrolló en este lugar. Aquí mismo fue donde conocimos por primera vez a Oikawa y decidimos darnos el apodo de los novatos.

La platica continuó.

-¿Tu fuerte sigue siendo la guitarra? -Preguntó Julia.

-No tengo mucho tiempo para eso actualmente pero, si la verdadera pregunta es si ya superé a mis maestros... la verdad es que sí. -En él, ese tipo de contestaciones no son para nada raras. Cualquiera las escucharía y pensarían que están hablando con un demente narcisista, pero solo es mi amigo.

I'll make this feel like home. |KurootsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora