I'll make this feel like home. |Kurootsuki

#7

Pov: Kuroo

-¡Papá, corre! ¡Anda! -Dije corriendo hacia los juegos con una enorme sonrisa.

-Espera, Kuroo, ¡ya voy!

El día estaba hermoso, era una tarde de otoño en uno de los grandes parques de Londres.

Mi padre llevaba una chaqueta de mezclilla y unos vaqueros, nunca lo había visto sin su traje hecho a la medida y su portafolio donde guardaba secretos del gobierno o eso pensaba a mis 9 años.

Nos dirigimos al área de los columpios donde sin pensarlo me subí a uno, gritando a papá para ser empujado por él.

-¡Más, más, más alto papá!

-Si llegas más alto te quedarás en la luna.

-No, no quiero quedarme en la luna.

-Pero todos quieren ir a la luna, Kuroo.

-¡Yo no! -Dije con un puchero.

-¿Por qué?

-Yo no quiero estar lejos de ti papá. ¡Jamás!

Mi papá detuvo el balanceo, yo sentado aún en el columpio lo miré fijamente y él también a mí, esos ojos aún los puedo recordar bien, me decían "te amo" o al menos eso pensaba.

-Siempre estaré contigo, Kuroo -Me dijo poniendo su mano en mi rostro -Te amo más de lo que tú pequeña mente podría imaginar.

-Y yo a ti papá -Le dije sonriendo y lanzándome hacía él para un abrazo.

Dejamos los juegos y fuimos a comer helado de menta y chocolate, nuestro favorito. No parábamos de reír con cada ocurrencia que decíamos mientras caminábamos.

En el parque encontramos a unos chicos tocando el teclado y el violín se miraban espectaculares, papá y yo los escuchamos hasta el final.

Llegó el momento de irnos. Tomé la mano de mi padre todo el camino a casa, era cálida.
En ese entonces me sorprendió que un hombre tan fuerte y grande como mi padre pudiera emanar tanto calor y sostener con tanta delicadeza mi mano.

Me daba mucha risa la diferencia de tamaños.

Ese fue el día más feliz que recuerdo con mi padre; mi padre que siempre estaba ocupado en el trabajo.

Ese recuerdo contraía mi corazón sintiéndome al borde de las lágrimas. El haber convivido con Tsukishima me tenía pensando, el convivir con su familia, como se miraban tan unidos y preocupados por su hijo y hermano esa cálida sensación familiar, verdaderamente familiar.

No tardé mucho en recordar a Tsukishima y nuestra conversación esa noche.

"Solo inténtalo", él dijo.

¿Sería buena idea una cena familiar con papá? Lo pensé, lo pensé tanto que hasta me dolió la cabeza pero ya no había marcha atrás.

Gracias a Tsukishima y su hermosa familia ahora estoy aquí, en la cocina, tratando de cocinar algo digno para papá con todos estos recuerdos que vienen a mi mente.

¡Helado de menta y chocolate! Sí, compraré para el postre, a papá le encantará y a mi también. Nunca me había atrevido a decirle a mi padre que cenaramos juntos, lo sé es mi padre y debería estar normalizado cenar con tus padres pero incluso pedírselo me daba un poco de vergüenza.

Hasta ahora gracias a Tsukishima, no, gracias a Kei que me hizo sentir preparado es que después de mucho tiempo me siento feliz por la decisión que tomé con mi papá.

Había tratado de evitarlo, en mis pensamientos, en casa, sus platicas, dejé que todo fuera sin rumbo, traté de hacer parecer que mi relación con mi padre no era la gran cosa, después de todo ya soy un adulto. Que mentira.