𐘥|Los bebés de Odi ©soojun ¡𐊛ﹲꪾꠋꠋ

🦔🦔

—Fue una mierda.

—Uy. Veo que sí les fue fatal, eh.

—Fatal se queda corto.

—Ya dime. ¿Qué pasó?

—Nada.

—¿Nada?

—Sí. Y ese es el problema, Beomgyu. No pasó nada.—se cubrió la cara con sus palmas. Lamentoso.

El mencionado sorbió de su jugó con una mueca rara.

—Esto está fuerte.

—Es de uvas.

—No, no, me refiero a su situación, campeón. Si sigues así, nunca podrás ni tocarlo.

Este formó una mueca.

Su amigo ya sabía de su enamoramiento hacia aquel pelirrosa. Y es por eso que trataba de ayudarlo en lo posible.

No es que Soobin hubiera querido que Beomgyu lo supiera. Fue en una simple pijamada, en donde el alcohol lo hizo confesar. Y claro, Choi no se permitiría desaprovechar aquella oportunidad.

Y con el tiempo, no pudo evitar confesar que también le gustaba Taehyun. Aunque si Soobin era sincero, lo había ocultado muy bien.

—Tal vez es porque eres introvertido.

—Pero...

Era verdad. Su timidez no le permitía hacer mucho. Después de todo, ni siquiera se atrevía a tocarle el hombro o simplemente chocar el puño. A pesar de ser amigos desde hace 7 años.

Aunque supuso que todo cambió, desde que empezó a verlo con otros ojos.

—¿Por qué no le pides una cita?

—¿Estás loco?

—¿Por qué no?

—Media universidad le ha pedido salir. Y él los ha rechazado a todos. ¿Por qué a mí sí querría aceptarme?

El pelirrosa sabía la respuesta.

—Porque es lindo, amable y es muy guapo. Ni hablar de sus hábitos raros... es una ternura.—contestó Yeonjun mirando a la nada, con una sonrisita en los labios. Taehyun formó una mueca.

Por otro lado, dos amigos, también conversaban sobre citas.

—¿En serio? Es guapo, sí, pero supongo que no es mi tipo y...

—No, porque Beomgyu lo es.

Este rodó los ojos.

—Igual. Pídele una cita. Es tu oportunidad.

—Lo sé, lo sé. Aunque... por algún motivo... de solo pensarlo me da nervios.

—¿Choi Yeonjun teniendo nervios para pedir una cita? —preguntó con énfasis en la voz.

—Sí, sí. Y sabes porqué.—le dijo golpeando suavemente su hombro.

No es que... Taehyun haya sido tan inteligente como para calcularlo, después de tanto, llegar a una conclusión, acorralarlo y finalmente decirle que no le diría a nadie su secreto. 

Sí.

Estar enamorado de Soobin.

—Sí, lo sé. Pero es tan raro. Les niegas a media universidad una cita. Pero para pedírsela a Soobin, tienes nervios.

—Ya cállate, Tae. —este rio —Además... aún no... aún no estoy listo... y... y...  creo que no le gusto. —dijo lo último, cabizbajo.—Y en las series que veo, todo comienza a ponerse feo cuando una confesión falla. Más si es que somos amigos.