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Bruno suspiro derrotado, tenía cincuenta años y su madre sigue dirigiendo su vida junto a la de sus hermanas. Le arregló un matrimonio, mínimo fue con alguien dentro de su rango de edad y no una jovencita de veinte años.

----- ¿Sucede algo Bruno? -pregunta Julieta quién ayudaba a Bruno a arreglar su peinado-

----- Yo no quiero comprometerme con ella Juli -dijo tras asegurarse que su madre no estaba cerca- no la conozco y ni siquiera me gustan las muje -le puso un pan en su boca para que dejara de hablar-

----- ¡Shh! Si mamá te escucha podría irte muy mal -dijo Julieta aproximandose al guarda ropa de Bruno, notando que solo tenía ruanas verde opaco- debo decirle a Mirabel que te haga un chaleco urgentemente

----- Puedo presentarme con mi ruana -sonrio apenado-

----- Sabes que a mamá no le gusta verte con la ruana cuando hay visita -exclamo cruzándose de brazos- ya vengo Brunito, tu quédate aqui y termina de arreglarte -sonrio levemente para salir de la habitación de su hermano-

En la soledad de su habitación el ruido de sus relojes de arena acompañado del sonido de los relojes mecánicos que tenía allí. Tiene buena mano para repararlos, pero el pueblo no le permite reparar sus relojes por el hecho de que es un vidente, el ve el futuro pero pequeños fragmentos de este en momentos aleatorios.
Pocos minutos después llegaron Julieta junto a Mirabel, quien renegaba con molestia.

----- Te confeccione uno la semana pasada -dijo molesta agarrando con molestia la ruana y con un lápiz trazo el patrón- ¡¿Y lo pierdes?!

----- Me lo robaron Mira, te lo juro -menciono apenado tallando su cuello mirando a otro lado-

----- No pasa nada tío, solo que en unas pocas horas llegarán los Guzmán y confeccionar esto me toma alrededor de dos o tres horas -dijo en respuesta sonriendo levemente-

----- Te dejo con Bruno, debo ir a hacer la cena para cuando vengan -se encamino a la puerta saliendo de la habitación-

----- ¿Cena? ¿No que solo era visita? -cuestiono confundido-

----- Veo que la abuela no te dijo -mira a otro lado molesta- los Guzmán vendrán a cenar luego de practicar un par de veces la promesa de la boda -explico mientras cocía los pedazos que previamente corto-

----- ¿¡La promesa?! Ay dios... -sujeto su cabello estresado-

----- Calma tío, se que esto saldrá bien -dijo la chica cociendo, en un descuido se pincho un dedo- ¡Coño!

----- Sin malas palabras -le señalo acusadoramente-

----- Cierto perdón -sonrio apenada y continuo con lo suyo-

Bruno tenía la cabeza que le daba vueltas, lo estaban casando con una mujer que era quince años más joven que el, se cierto modo el sentía que estaba mal pero a Alma le valía madres. Esa noche conocería a su prometida, nunca había visto a Sunset Guzmán, solamente a Mariano Guzmán por ser el novio de Dolores; empezarían las prácticas para los votos matrimoniales lo que daba a entender que la boda sería en un mes o en menos tiempo, el estrés empezaba a consumirlo completamente.

Última lágrima que dar  | Brunector fic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora