El chico sintió unos golpes en la puerta.
-Joshua, Joshua tienes que comer algo hijo.
El rubio se dio la vuelta por cuarta vez buscando una posición para descansar, aunque sabía que dentro de unos minutos volvería a darse la vuelta, no abrió la boca para nada ni siquiera para decirle a su madre que lo dejara tranquilo, que ahora lo que más quería hacer era dormir y seguro que si comía algo, el trozo de carne se le atragantaría en cuanto entrara en su boca. Suspiró y se abrazó a sí mismo, mirando hacia su ventana y no quería pensar en lo que había pasado hacía unas horas y no quería pero ahí estaban las imágenes y por mucho empeño que ponía para hacerlas desaparecer, estas no se iban.
Las miradas de Kako cuando lo detuvo para pedirle explicaciones, su rostro cuando él le dijo que no quería seguir con lo que fuera que tuvieran y el rubio suspiró tratando de relajarse, nunca tuvo que enamorarse de Kako, nunca tuvo que contárselo a nadie y tenía que habérselo guardado para él solo, para que su secreto estuviera a salvo por completo.
Sin embargo, en medio de toda esa culpabilidad había algo que pocas veces se hacía notar en la mente de Joshua. Si era verdad que Kako había estado con él solamente por simple amistad y miedo a hacerle daño ¿Por qué allá en el instituto había insistido en seguir con eso? ¿Acaso seguía mintiendo? ¿O acaso tenía algo que decirle pero él no le había permitido explicarse? Cuando había salido del instituto y se había detenido un momento porque una compañera de filosofía lo había llamado instintivamente había girado el rostro y había visto como, a unos cuantos metros de donde se encontraba ella lo miraba fijamente, con confusión y una pizca de tristeza ¿Por qué parecía que él fuera el malo y ella la buena? Ella era quien había jugado con sus sentimientos.
No estaba seguro y tal vez había actuado demasiado rápido, no había vuelta atrás para que Kako pudiera explicarse.
-Porque en el fondo no podía soportar que me lo confirmara a la cara...-Joshua se dijo a sí mismo con tranquilidad.
De vuelta los golpes en la puerta.
-Joshua.
Karina suspiró preocupada ¿Qué había pasado para que Joshua se comportara así? Ella siempre le había dado un espacio para expresar sus sentimientos y no lo había atosigado a preguntas, le preguntaba sí pero si veía que Joshua no tenía ganas de hablar la señora Martin no preguntaba más.
El sonido de la puerta abriéndose hizo que la mujer dejara de lado sus pensamientos, se apartó para dejar pasar a Joshua, que salió de su cuarto y se dirigió a la cocina donde se sirvió un vaso de jugo.
-¿Todo en orden, Joshua?
Después de tomar un poco de jugo, Joshua miró a su madre y se veía a kilómetros que estaba preocupada, solo había que mirarla a los ojos o tal vez era porque él era su hijo y ya conocía más aún a su madre, de pequeño llegó a pensar que su madre no lo quería cuando en realidad él era lo que la señora Martin más amaba en el mundo.
-Todo en orden-Sonrió Joshua-No te preocupes mamá, es que hoy tuve un día pesado.
La señora Martin lo miró no muy convencida, aunque no hizo más preguntas.
-Bueno. Tengo que ir a la academia a preparar las clases de escultura ¿Estarás cuando vuelva?-Preguntó Karina mientras caminaba por la cocina produciendo sonidos con sus tacones azules.
-Sí-Contestó Joshua mientras dejaba el vaso en la mesada. Sonrió cuando su madre se acercó a él y besó su mejilla para después salir por la puerta.
Fue al baño a lavarse las manos cuando escuchó la puerta cerrarse y pasó caminando hacia la sala, seguramente se le habría olvidado algo y él había aprovechado de estar solo para soltar unas pequeñas lágrimas.
ESTÁS LEYENDO
Los Recuerdos de Adele
Teen FictionAdele, no es más que una chica nueva en la ciudad en la que alguna vez creó recuerdos buenos y malos guardados en su memoria, el único problema es que entre sueños y pesadillas no sabe si sus recuerdos son suyos o si alguna vez los perdió entre los...