Gael miró su celular faltando con la presencia y lo apagó, dejándolo en la mesa de la cafetería. Apoyó su mejilla sobre su mano y se quedó unos segundos mirando hacia la ventana, perdido en sus pensamientos puso una mano en su cintura totalmente impaciente.
-Oye-Expresó una voz melosa a su lado.
Dio un respingo al escuchar esa voz tan repentina que lo llamaba, la chica se había sentado en una de las sillas y lo miraba con curiosidad mientras que Lachlan, Jamie y Peter se sentaban en las otras sillas libres.
-Lo que te preocupe puedes decirme-Anunció Frankie.
El morocho sonrió y asintió.
-Sí. Es solo que...estoy preocupado por Adele. Lleva tres días sin venir a clase.
Lachlan lo miró pero no dijo nada.
-Ya oíste al profesor. Su madre llamó diciendo que estaba enferma, es normal que se quede en casa y descanse-Comentó Frankie.
-Sí, a lo mejor vuelve en un par de días-Dijo Jamie con una sonrisa coqueta.
-Sí, puede ser-Exclamó Gael con más ánimo mientras le daba un gran bocado a su comida.
-Toma Gael, un caramelo, ya verás como así se te quitan las penas.
-Tú siempre arreglando los problemas con dulces ¿O no, Peter?-Preguntó divertida Frankie.
Lachlan siguió observando al morocho durante unos segundos más, luego apartó la vista de él. Él también se había dado cuenta de que Adele no había aparecido durante esos días. Cuando Adele y él se habían ido del club deportivo de Whyalla, había susurrado un "lo siento" por lo que había tenido que presenciar, ella había negado con la cabeza diciéndole que no pasaba nada y no habían vuelto a hablar más de ese encuentro con el morocho, después se habían juntado en una cafetería para tomar algo y así animar a Frankie y también la había visto animada y bromeando con su hermana Jamie pero evitando al morocho.
Por eso, algo le decía que lo que le había pasado no era un simple resfriado.
Era algo más, lo único que tenía que descubrir era qué.
-¿Y si vamos a hacerle una visita?-Preguntó Peter sacando un caramelo de su bolsillo.
-¿A Adele?-Preguntó Gael, el castaño asintió y Gael sonrió contento-Podríamos ir hoy, además tengo que darle los apuntes que se ha perdido.
-Sí ¿Ustedes se apuntan?-Les preguntó Frankie a los hermanos Berry observando a la rubia que tenía ambas manos en su cintura-Creo que le encantará nuestra visita-Agregó la chica.
Jamie asintió y su hermano también.
El cuarto estaba en penumbras, llevaba así tres días. Tres días, que para ella parecían semanas, los cuales los había pasado encerrada, sin levantarse de la cama. Se dio la vuelta para mirar la ventana cerrada, buscando una postura más cómoda.
Mentiría si dijera que desde que había entrado por la puerta y había caído sobre su cama no había dejado de pensar en Mason, le parecía irreal todo lo que estaba viviendo como si lo hubieran sacado de una película, ella que había creído vivir en Queenstown toda su vida se enteraba ahora de que su vida la había vivido siempre en Whyalla, que a los diez años había conocido a los que eran sus amigos.
Y toda esa información, era incapaz de recordarla.
Había obligado a su padre a contarle por encima las cosas y así intentar que su mente recordara algunos momentos si los oía pero no servía, solo tenía los sueños que ahora eran recuerdos y que llevaba teniendo desde que había llegado a Australia. En uno de los recuerdos que tuvo donde estaba en un parque, junto con ellos y alguien el cual tomó la forma de Benny y preguntaba por otra persona, que llegaba tarde.
ESTÁS LEYENDO
Los Recuerdos de Adele
Novela JuvenilAdele, no es más que una chica nueva en la ciudad en la que alguna vez creó recuerdos buenos y malos guardados en su memoria, el único problema es que entre sueños y pesadillas no sabe si sus recuerdos son suyos o si alguna vez los perdió entre los...