Los rayos del sol se cuelan por la ventana de la habitación, jugando con los espacios entre las cortinas y dando de lleno en mi rostro. Me quejo somnolienta y ruedo sobre mi costado, huyendo de su intensidad para encontrarme con la imagen que me recibe a diario, pero que a día de hoy sigue sin cansarme.
Mi novio parece percibir el movimiento de mi cuerpo pues entreabre los ojos, enfocando todo y nada alrededor de nuestra habitación. Tarda un instante en ubicar su mirada en mis ojos y hace un puchero al percatarse que ya es de día. Suelta un quejido que me hace reír, remoloneando a su lado y acercando mi cuerpo al suyo, buscando el calor en su pecho descubierto.
- Buenos días mi vida.
Toco su cabello con suavidad, hundiendo mis dedos entre sus hebras. Marc suelta un suspiro cansado y rodea mi cintura con fuerza, hundiendo su nariz en mi cuello.
- Dime que irás conmigo hoy.
Suelto una risita al verle regalarme esa mirada compradora que tiene en ocasiones. Me mira expectante.
- Amor mío, me tendrás allí.
Espero pacientemente su reacción, la cual tarda un par de segundos en llegar, pero los ojos del castaño se abren mirándome con ilusión.
- ¿Segura que no te arrepentirás? - su duda me provoca hacer una mueca, recordando que la última vez decidí no ir apenas unos minutos antes de salir.
Tengo claro que no estuvo bien cancelarle cuando ya había dicho que sí iría, de hecho, tuvimos una discusión por eso, pero ya estaba todo arreglado.
- Te acompañaré Marc, pero lo haremos a mi manera, necesito sentir que tengo el control de esto y que estoy en mi elemento.
Una sonrisa cruza sus labios dejándome tonta. ¿Cómo es posible que esta sonrisa en este hombre guapo sea por mi? Su respuesta parece llegar pronto cuando mete las manos en mi cabello, llevando mi rostros hacia el suyo y juntando nuestros labios.
- Lo haremos como tú quieras, pero lo haremos.
No alcanzo a responderle pues vuelve a robarme un beso que pronto se hace profundo sobre sus labios.
~ ~ ~ * ~ ~ ~
Llegamos al hotel Riu, donde Marc junto a los demás pilotos presentes deberían reunirse para realizar sus entrevistas y así luego, por la tarde noche, partir rumbo a la premiere del documental de MotoGP en el Cine Capitol.
A cada piloto se le asignó una habitación para él y quienes le harían compañía durante el día, es por eso que pronto me encontré con Ruby, Raquel y Alejandra mientras los chicos atendían a los periodistas.
La única que realmente sabía de mi existencia era Alejandra, porque nos habíamos visto en otras ocasiones, por lo que en cuanto me vió se acercó a saludarme.
- ¡Has venido! - me da un abrazo con la efusividad que la caracteriza y me quejo un poco porque no me lo esperaba - ¿Eso quiere decir que lo harán público?
- Comenzamos con las preguntas complicadas - La veo hacer un puchero y solo puedo reír - quizás después de hoy, pero de momento aún no, hoy quiero jugar desde mi terreno.
La confusión tiñe su rostro y me mira con curiosidad.
- ¿Qué quieres decir con eso? ¿No irás a la premiere?
- Iré, claro que lo haré, pero mientras ustedes se irán directo al Capítol, yo daré un paseo por Gran Vía y seré una fan más por unas horas.
Los ojos de la mallorquina de abren con sorpresa.
