Jessica estaba por irse a descansar un rato y yo le haría compañía desde el sofá, por lo menos hasta que llegara mi hermano.
En medio de nuestra conversación, la morena comentó el hecho de que yo llevaba mucho rato aquí evitando ir a casa. Tengo claro que sospecha que hay una razón tras mi decisión de permanecer aquí sin hacer realmente nada.
¿Y ahora qué le digo? Esta mujer me sacará toda la sopa y ahora no es un buen momento... vamos Alex, intenta distraerla.
— ¡Hey! No estoy evitando ir a mi casa, solo le hago compañía a mi cuñada y amiga.
Bien hecho hombre, fuiste muy convincente... Me golpeo mentalmente.
— Claro que si Alex y yo soy la reina de España - voy a replicar, pero mi cuñada me interrumpe, mejor dejo que hable ella - no te presionaré más, solo espero que soluciones lo que tengas que solucionar y no huyas. Ahora sí, me marcho.
La observo subir las escaleras y me quedo mirando un punto fijo, mientras pienso en sus últimas palabras.
No quiero ir a casa, no para terminar de romper mi corazón. No quiero ir porque, aunque vuelva a casa, sé que no tengo oportunidad de solucionarlo.
Miro a mis perros junto a mí y ellos me devuelven la mirada. Shira se sube a mi regazo y apoya su cabeza en mis piernas, como dándome apoyo moral. Acaricio la cabeza de Stich a mi lado, quien luego baja del sofá para tomar camino hacia las escaleras y poder subir.
Veo la televisión frente a mí mientras espero a que llegue mi hermano, quien sé que llegará hoy, no mañana como dijo a Jess. Las imágenes frente a mí se reproducen sin pausa, pero si me preguntan, no tengo idea de lo que se supone que estoy mirando.
Pasa poco más de media hora y siento el motor de un auto apagarse, lo que quiere decir que Marc ya está en casa. Espero paciente a que ingrese para hablar con él antes de irme. Escucho la puerta abrirse y veo la silueta de mi hermano mayor, al mismo tiempo que mi perrita igual lo nota y se dirige contenta a saludarlo. Marc acaricia su cabeza con cariño y deja su bolso junto a la escalera, se acerca a mí y palmea mi hombro antes de sentarse en el sofá.
— ¿Cómo está Jess?
— Adolorida. Tal como dijiste, se fue a dormir a ver si así se le pasa un poco. ¡Ah! y sigue molesta por su discusión - lo veo sonreír como un idiota, está perdido y soy feliz por él.
— Ahora iré con ella, seguro tiene muchos insultos guardados para mí.
Asiento a sus palabras y sonrío lo mejor que puedo. A Jessica la puedo engañar, o puedo pretender que lo logro, pero a Marc no tengo como engañarlo. Además, él ya sabe lo que pasó ayer en mi casa.
— ¿Tú cómo te encuentras?
— Estoy - me encojo de hombros.
— ¿Quieres quedarte esta noche aquí? Creo que la habitación de invitados debería estar preparada...
— Lo pensé, de hecho, Jess también lo mencionó, pero supongo que es mejor enfrentarlo desde ya - veo a mi hermano observarme un momento y dudar en hablar - Tranquilo Marc, aunque duele, puedo con esto.
— Está bien, pero cualquier cosa sabes que estamos aquí - me da un abrazo y al separarse vuelve a dar unas palmadas en mi hombro, para luego subir la escalera en busca de su chica.
Miro a mi hermano desaparecer por el piso de arriba y me levanto para comenzar a buscar mi chaqueta, mientras veo a Stich bajar la escalera. Me aseguro de tener todo en orden, y pongo la correa a los perros, para luego dirigirme caminando a casa.
