No hay más que hablar (Alex)

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El destino se burlaba de mí. La ironía llegó a mi vida en el momento en que luego del GP de Silverstone a Marc y Jessica se les ocurrió quedarse unos días en Inglaterra, y no encontraron nada mejor que arrastrarme con ellos.

¿Acaso no se supone que deberían querer aprovechar su tiempo de pareja juntos y SOLOS? Al parecer mi hermano y mi cuñada no pensaban lo mismo.

Al menos no estaba solo yo de sujeta velas, pues papá y Jose Luis también se nos unieron a nuestra estadía, lo cual hacía más llevadero estar con la parejita.

Si se preguntan qué hacíamos de turistas en Londres en medio de la temporada, la respuesta es simple, faltaban dos semanas para el siguiente Gran Premio y de todas formas solo nos quedaríamos un par de días aquí.

En palabras de mi adorada cuñada y amiga, me veía miserable y necesitaba distracción, asique decidieron que nos quedaríamos dos días en la capital inglesa y haríamos turismo. Sé que luego me arrepentiré, pero no hay quien se niegue a los planes de Jessica, y siendo honestos quizás me vendría bien esa distracción que mencionaba para volver con todo en la próxima carrera.

— ¿No podíamos salir más tarde a pasear? Si me iba a tomar un par de días libres, me apetecería dormir.

— No te quejes tanto Alex, debemos alcanzar a visitar lo que más podamos hoy.

— Tu hermano tiene razón, ya mañana tendremos tiempo solo durante la mañana porque luego volvemos a casa - mi padre me da golpecitos en la espalda y se adelanta.

— Está bien, está bien, ustedes ganan.

No me queda más remedio que seguir al grupo y debo admitir que cuando ya llevamos la mitad de camino hacia nuestra primera parada, me contagian la emoción y comienzo a disfrutar del paseo.

Visitamos algunos de los lugares emblemáticos de la ciudad, comenzando por el Palacio de Westminster, sede del parlamento inglés. En uno de los costados del gran edificio, nos sacamos las infaltables fotos junto al Big Ben y luego tomamos rumbo por One Great George Street hacia el parque St. James. Desde ahí nos iríamos al Palacio de Buckingham.

Entramos al gran parque y los tortolitos se adelantaron un poco, mientras que nosotros tres nos quedamos más atrás charlando. Iba riendo de un chiste que hizo Jose cuando chocamos con Marc y Jessica que se habían detenido abruptamente.

— ¿Por qué se han detenido? - Jose Luis me roba las palabras.

Ambos voltean a verme. Observo tristeza en el rostro de mi cuñada y mi hermano me mira con una mueca. No puedo evitar fruncir el ceño, al mismo tiempo que miro más allá de ellos y comienzo a escanear las áreas verdes frente a nosotros.

Por un momento no logro reparar en qué es lo que han visto, pero mi estómago se hace un nudo ante la expectativa de algo malo. Vuelvo a dar una rápida barrida por el sector; familias con niños jugando, gente paseando perros, una pareja besándose apasionadamente, quizás sea un poco temprano para esas maneras. Continúo con mi escaneo, pero vuelvo a mirar a la pareja que está a menos de 20 metros nuestro.

¡Debe ser una mala broma! Reconocería ese perfil incluso a 100 metros de distancia.

El estómago se me revuelve al ver la imagen frente a mí. Me dejó con la excusa de concentrarse en sus estudios y han pasado apenas dos meses de nuestra ruptura, cuando la vemos. No se encuentra en Southampton como esperábamos, sino en Londres, y está besándose con un tipo rubio con pinta de inglés.

— Vámonos de aquí.

— ¿No quieres enfrentarla? - mi cuñada se acerca a mí y me observa atentamente - Si gustas puedo ir allí y cachetearla por ti.

One Shots MárquezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora