Prólogo

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El grito desgarrador de un niño de 5 años rompe el silencio de aquel apacible hogar. Las lágrimas caían por sus mejillas cuando la luz del pasillo se enciende y su madre se acerca a él, visiblemente preocupada.

—¿Qué ocurre cariño?

Limpia sus mejillas en medio de hipidos, esperando que se tranquilizara.

Sus pequeñas manitas se aferran al pijama de su madre, señalando la esquina de su habitación. Una extraña sombra la ocupaba, como si la luz no pudiera llegar a ese rincón, haciendo imposible ver qué habitaba las sombras. Sin embargo, la mujer sonríe, y tras dejar un dulce beso en la frente de su hijo dice:

— Papá se asegura de que estés bien, no debes tener miedo.

La tranquila voz de su madre logra calmar al niño, que vuelve a mirar el rincón antes de echarse a reír.

Aquella noche Hyunjin durmió mejor que nunca, con sueños dulces y el olor del mar envolviéndole hasta que llegó la hora de levantarse para desayunar.

Por la mañana la sombra ya no estaba, pero sabía que volvería.

Y así lo hizo. Cada noche, aquella oscura sombra velaba por su bienestar, cubriendo sus sueños con el olor del mar.

[...]

— Aún lo ve —Murmura la señora Hwang.

A su lado, una mujer de unos 40 años la observaba en silencio.

— Esperaba que cuando pasaran los años perdiera esa capacidad, pero creo que cada vez es más... Intenso

— Porque es como tú, no podías esperar que no fuera sensible a este mundo — Explica la mujer — En algún momento tendrás que decírselo

[...]

Hyunjin estaba solo en casa. A veces sucedía, incluso siendo tan joven su madre no tenía miedo de dejarle, se portaba bien cuando así era, solo hacia las trastadas cuando la mujer estaba en casa, una forma responsable de ser irresponsable.

El silencio era pesado, el joven trazaba pequeños bocetos en su cuaderno, enseñándoselos a su pequeño rincón. La sombra nunca decía nada, pero Hyunjin podía sentirlo. Sentía cuando se alegraba, cuando se entristecía y cuando se enfadaba.

— Mamá está preocupada porque sigo hablándote — Dice de forma desinteresada, garabateando de nuevo en el papel.

Hyunjin siente un escalofrío, la oscuridad no estaba enfadada, parecía mostrarse comprensiva. No con él, sino con su madre. Un sonido sordo se escucha en otra de las habitaciones, y el muchacho sabe que debe ir. Con los pies descalzos va hasta el salón. Se había caído un libro de la estantería, uno de esos que su madre le pedía no tocar, pero lo que llama su atención es un papel que se había escurrido entre sus hojas.

Un montón de números sin sentido se presentaba frente a sus ojos. Sólo que, si tenían sentido, eran páginas, páginas del libro que se había caído.

Movido por la curiosidad empieza a pasar hojas, buscando. Términos infinitos de cosas que no entendía, brujería, demonios, amarres, amuletos. Cientos y cientos de definiciones recogidas en un peculiar glosario.

Hasta que sus dedos llegan al final del libro.

"Para Hyunjin:

Este es el regalo que espero no tener que darte nunca. Porque la sangre que corre por tus venas tiene magia e historia, pero este mundo no es agradable. Porque nuestra familia alberga secretos que nunca imaginarías, pero no todos son buenos. Porque significa que tus ojos perciben más que los de otras personas, pero no a todos les gusta ver lo que habita en las sombras.

Ojalá estas palabras caigan en el vacío y tú sangre sea mundana y corriente. Pero si no es así, si estás leyendo esto, no quiero que sientas el peso de nuestra historia.

Te quiere, mamá"

En aquel momento Hyunjin no lo sabía, pero aquella nota cambiaría por completo el rumbo de su vida.

Lo que habita en las sombras [HyunChan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora