Lo que habita en las sombras [HyunChan]

CAPÍTULO 5

- Changbin ya te he dicho que no me apetece... tengo que acabar un cuadro — Se queja Hyunjin, alejando el teléfono de su oreja en cuando su amigo comienza a alzar la voz.

Llevaba semanas insistiendo en que debían quedar, Changbin había seguido viendo a Felix en repetidas ocasiones, y había considerado que era el momento de que el chico y su mejor amigo se conocieran, sin embargo, el brujo llevaba poniendo excusas desde el primer día. Aunque no eran del todo falsas, o eso quería pensar, era cierto que tenía un encargo, pero era experto en acabarlos durante la última semana y aún tenía un mes por delante para hacerlo, por lo que era una verdad a medias.

El problema era básicamente que nunca le había entusiasmado conocer gente nueva, entendía que su mejor amigo estuviera loco por aquel chico, que le gustaran las cosas paranormales y que, por simple afinidad, Changbin pensara que se llevarían bien, pero no tenía ganas de comprobarlo.

— Hyunjin, por favor, nunca te he pedido nada — Se queja el moreno al otro lado de la línea

— Me pediste dinero hace un mes — Reprocha Hyunjin.

— ¡Y lo tengo en la cartera para devolvértelo!

Hyunjin suspira, pues sabía que eso tenía elevadas probabilidades de ser mentira, pero aun así tenía claro que la insistencia de Changbin no iba a disminuir jamás si no conocía de una vez al muchacho.

— ¿A qué hora era? — Dice finalmente, escuchando un grito de júbilo.

— A las seis en mi apartamento, no llegues tarde — Y cuelga, dejando a Hyunjin algo desorientado.

- Qué intenso... ¿Por qué es tan insistente en que vayas? – Pregunta Chris.

- Changbin siempre ha sido bastante entusiasta con las cosas, ha conocido a un chico que le gusta y con el que va bien y como se me da bien leer a la gente me toca hacer un reconocimiento... - Suspira - pero estoy harto de decirle que no funciona así, además de que al parecer el chico con el que queda también está metido en el rollo paranormal.

Hyunjin se pelliza el puente de la nariz con firmeza, optando por retomar lo que tenía que hacer hasta las cinco, momento en el que comienza a vestirse, trenzando y atando su pelo de forma cómoda. Ya que iba, al menos debía ir presentable.

El apartamento en el que vivía Changbin no estaba excesivamente lejos de su casa, aunque era cierto que, en comparación a su hogar de la infancia, había tenido que sumar un viaje en metro que antes no era necesario, y en realidad ahora tampoco, pero debía admitir que le daba pereza ir andando. A pesar de eso, a tres minutos de que dieran las seis, Hyunjin ya estaba parado frente a la puerta del muchacho, pulsando suavemente el timbre que, para variar, no emite ningún sonido, por lo que se ve obligado a golpear la puerta con sus nudillos, suspirando. Su sorpresa se hace evidente cuando quien abre la puerta no es su amigo de la infancia, sino un muchacho pecoso al cual no recordaba haber visto antes y que, por ende, intuía que se trataba de Felix.

- Hola, tú debes ser Hyunjin, ¿verdad? – Pregunta el muchacho con una amplia sonrisa.

El rostro de Hyunjin seguía marcado por el asombro, ya no solo porque aquel chico tuviera la confianza para abrir la puerta de su mejor amigo, aunque suponía que estaba avisado de que iba de visita, sino también por el tono de voz tan profundo y extraño que poseía, completamente opuesto a su aspecto angelical y algo peculiar. Y es que Felix tenía un sentido de la moda curioso, en esta ocasión toda su ropa era de color negro, con una blusa semitransparente que cualquier otra persona utilizaría para salir de fiesta antes que para merendar con amigos. Unas botas altas de piel sintética que llegaban casi hasta sus rodillas, marcando la forma de sus piernas en conjunto con un vaquero ajustado, pero lo que más llamaba la atención de Hyunjin eran sus dedos decorados con anillos de plata y los largos colgantes de su cuello.