Eran las "populares" de mi clase, que al parecer también formaban parte de los "populares" del insti. Era la típica rubia de ojos azules con dinero, aún que en realidad eran sus padres los que tenían dinero. Cuándo me di la vuelta me soltó y me miró con cara agradable.
- Hola Celeste, me llamo Zoe. Tenemos un sitio guardado para ti, vente con nosotros. Estoy segura de que nos llevaremos muy bien.
- Ehhh.... lo siento pero prefiero sentarme en otro lugar, más tranquila. Pero gracias de todas formas- me di la vuelta con confianza en que no me dirían nada, pero me cogio del brazo fuerte.
- Oye mira, te voy a decir como va esto, yo te invitó a comer con nosotras y tú aceptas. Nos hacemos amigas y nos vamos de compras. Bueno te lo volvere a decir, tenemos un sitio para ti, vente con nosotros.
- No me trates como a una estupida,- le quite su mano de mi brazo de un tirón, y me gire hacia ella- no soy tan tonta como tú, que te crees la mejor solo porque tus padres tienen dinero y eres guapa. Y mientras te engañas a ti misma, te juntas con personas que solo quieren ser tus amigos por el dinero que tienes. Y como eres "mejor" humillas y desprecias a los demás que no son como tú, una niñita creída que va derrochando dinero como si tal cosa- en ese momento miré a mi alrededor, todos me miraban. Y enseguida escuché alguien que me aplaudía, era la chica que vi salir de la casa de enfrente, estaba muy sonriente.
La mayoría la siguió, y aquellas chicas se fueron con sus caras enfadadas. Aquella chica me hizo un gestó dando a entender que me sentará con ellos. Fui hacía allí y vi a Brian sentado junto a ellos. Cuándo me senté me sonrió cálidamente.
- Os dije que era dura de pelar- dijo Brian mientras me miraba con aquellos ojos que me intimidaban.
- Me llamo Saly, soy tu vecina de enfrente.
-Lo sé, te vi salir esta mañana. Me llamo Celeste.
- Lo sabemos, aqui las noticias vuelan.- Él era muy moreno, tanto de piel como de pelo(que era muy rizado),y ojos color miel. Me extendió la mano.- Mi nombre es Scott.
-Encantada Scott, bonito pelo- me contesto con una gran sonrisa, dejando ver sus dientes.
- Yo soy James- me fijé en sus ojos, verdes. Su piel era clara, rubio, con melenita, muy flacucho, y unas gafas de color verde oscuro.
-Y yo Sandra- pelirroja, de ojos marrones, alta y flaca.
- Me ha encando lo que les has dicho a Zoe y su pandilla de estiradas- dijo Saly.
- Si bueno, aunque me siento algo mal. Solo me dijeron que me sentará con ellas, no me habían hecho nada.
- No, aquello sería el principió de todo. Has hecho bien con esas divas, son peligrosas como el veneno.
- Por eso mismo, no tenía que haber dicho nada. Ahora la tomarán conmigo y vuelta a empezar. Creí que no me molestarían pero me equivoqué, supongo que llevo escrita las palabras tomala conmigo.
- ¿Volver a empezar? ¿A qué te refieres? Te mudaste por eso, porque alguien la tomo contigo¿verdad?
- No quiero hablar de eso, es agua pasada.
Comimos juntos, y no sacaron más el tema. Las siguientes tres horas se pasaron rapidas. A la salida me invitaron a ir a casa de Saly a merendar, y como no, acepté. Mis padres me preguntaron como habia ido el día, no les iba a contar que contesté a Zoe y su grupo, solo dije que había hecho nuevos amigos. Se alegraron mucho por mi, y su preocupación desapareció. Miré el reloj y quedaba una hora, así que decidí dar un paseó.
Iba caminando por la calle, pensando en lo que pasaría si Zoe la tomaba conmigo. Aquella idea me horrorizaba, no quería volver a pasar por lo mismo. Solo había pasado un día y ya me había metido en líos. Entonces me vino a la mente los nuevos amigos que había hecho, parecían muy majos. Amigos esa palabra se me quedó en la mente. Sabía que se olvidaba algo muy importante, ¡Oliver! Desde ayer no había hablado con él, empecé a hecharle de menos y no lo pensé dos veces. Cogí el móvil y le llamé.
- ¡Oliver!, te hecho de menos. No sabes que me ha ocurrido hoy. He metido la pata, no voy ha durar mucho aquí.
- ¡Que ha ocurrido!, sabía que si no me habias llamado era porque había pasado algo. Cuentame todo.
Le conté lo ocurrido, y me dijo que aquel fin de semana vendría a visitarme. Me tiré una hora hablando con él, que para mi fueron dos minutos. No podía parar de hablar con él, él me entendia, me escuchaba, me hablaba y se preocupaba mucho por mi. Algunas personas tomarían lo que tenemos por una relación de novios, pero yo la veía de amigos. Nunca había pensado en él de otra forma que no fuera como mi mejor amigo. Al volver pensar en esa palabra supe que pasaba algo......algo importante.
-¿Celeste? ¿Ocurre algo?
- Se que me olvido de algo, pero nose de que. Era algo muy importante...........- entonces caí en la cuenta- ¡Oh dios mio llego tarde a la merienda!
-Y a que esperas corre con tus nuevos amigos- note algo raro en su voz, pero no le di mucha importancia.
- Ok, te llamo más tarde o quizás mañana. Xao, teq quiero- colge y salí corriendo a casa de Saly.
Iba corriendo por la calle como una posesa, no quería llegar más tarde de lo que era. Fui tan rápido que llegue en diez minutos. Se escuchaban risas dentro de la casa, decidi no esperar más y llamé a la puerta. Entonces pararon las risas y escuche pasos a la parte de atras, menos uno que se acercaba. Los pasos pararon delante de la puerta unos segundos, y después se abrió la puerta dejandome ver a Saly.
- Hola Celeste, ¿que tal estas?- me dijo nerviosa.
- Bien, vine por la merienda- al decir eso su cara miro detras mía, y tras eso me mira con la cara blanca como la nieve. Mire atras y un cubo de agua me cayo encima dejandome empapada.
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Leaving footprint(never say never)
JugendliteraturCeleste es una chica divertida y cariñosa, pero dura .Ella llega nueva al instituto porque, tras lo ocurrido en su antigüa ciudad, sus padres deciden cambiar de aires. Cuando desprecia a las chicas "populares", ellas intentan hacerle la vida imposib...