ͲᎡᎪᏆᎠϴᎡ᯾ᎫᎬϴΝ ᎫႮΝᏀ ᏦϴϴᏦ ✓

ՏᏆᎬͲᎬ

Cinco años de casados, y estaban siendo los mejores de mi maldita existencia.

Haciendo un recuento de lo sucedido en ese período de tiempo, vamos por orden cronológico.

Luego de la boda, Kiara y yo estuvimos viviendo con mi padre y su actual esposa, SaKura (que era quella mujer que el día de mi boda no conocía), y nos dedicamos a estudiar y trabajar. Mi esmeralda estudió fotografía, pero aún así insistió en ayudarnos a mi padre y a mí a levantar el único hotel que mi padre había podido rescatar del "imperio Jeon" mientras yo estudiaba finanzas y administración de empresas. Recién terminadas nuestras carreras, Kiara no conseguía empleo por su físico y se negaba a que mi padre y yo usáramos nuestra influencia, así que simplemente se quedó trabajando con nosotros, siendo la secretaria del presidente del hotel número uno de la cadena que habíamos creado, es decir: yo. Había intentado convencerla, pero bueno...mi rubiecita está loca y es tozuda como ella sola.

Como pareja, habíamos logrado comprarnos nuestra propia casa, que no era una inmensidad, pero con un jardín, una sala, una cocina-comedor, un baño, un patio y tres habitaciones con otro baño en la planta alta, nos es suficiente. También nuestra vida sexual activa casi 24 horas es un punto muuuy positivo, así como los mimos y las malditas escapadas que me han salido caras, pero viendo la sonrisa de mi mujer, lo tengo todo.

El único aspecto negativo de todo ese tiempo había sido el rechazo que aún sufría mi chica y que sólo tenía como grupo de amistades a su propia familia, mis amigos y mi padre y su esposa, y por supuesto, yo.

Creo que es un resumen decente hasta ese momento. De todas formas me genera mucha pereza narrar todo con detalles.

En fin. Ese día, TaeHyung nos había llamado en la mañana para decirnos que quería presentarnos a alguien a quien consideraba especial, y que no quería que moviéramos el culo de la oficina hasta que él llegara.

-¿Crees que sea la chica con la que ha estado viniendo a su habitación?-me preguntó mi hermosa rubia, sentada de lado sobre mis muslos, abrazada a mi cuello.

-Bueno...ha traído a unas cuántas chicas aprovechándose de su privilegio en este hotel-murmuré pensativo, divertido al recordar lo descarado que es mi amigo como para haberme exigido una suite especial en mi propio hotel ya que según él le correspondía por habernos ayudado a juntarnos a mí y a Kiara-. Pero es cierto que sólo a esta nos la quiere presentar...si es que realmente es esa chica a quien nos va a traer.

-Ha estado viniendo sólo con ella por un buen tiempo. Además, es casada. Se podrá meter en muchos líos y locuras, pero nunca se ha vinculado a una mujer casada.

-Yo ya no sé-bufé, acariciado su muslo-. De TaeHyung podemos esperar cualquier cosa.

-Eso sí es cierto-su suave risilla inundó mis oídos, mas mi sonrisa se hizo presente por la gratuita sesión de besos en la mejilla que comenzaba a recibir.

-Ah, menos mal que mi hermoso gorilita ya está domado.

Lejos de molestarme, sus palabras sólo me hicieron ampliar más mi sonrisa, y dejé que siguiera besándome la mejilla como si no nos hubiéramos visto en años.

Estando en nuestra burbuja, sólo fuimos conscientes del mundo exterior cuando la puerta se abrió, dejando a la vista las figuras de TaeHyung y una linda mujer de cachetes colorados.

Su rostro me sonaba de algún lado, pero mi chica fue quien primero la reconoció y se bajó de mi regazo a la velocidad de un rayo, cayendo al suelo en el proceso porque esos tacones de quince centímetros son un peligro.

-¡Kang SoRa!

☆☆☆

-Y...nos dejaron fuera.

A pesar de que TaeHyung me acababa de confirmar lo evidente, yo sólo sonreía.

Desde que SoRa y Kiara se fueron y regresaron a casa hechas una pandilla de amigas con SoYeon, JiSoo y RyuJin, mi esmeralda estaba más que brillante, y el hecho de que me haya botado de mi propia casa sólo para tener una noche de chicas con sus nuevas amigas, no me molestaba.

Mi chica estaba tan feliz, y yo lo estaba el doble.

-¿Y esa sonrisa de bobo?

-Es lo que soy, TaeHyung.

-Cierto-chasqueó la lengua, pero al final terminamos riendo.

Acomodándonos en mi auto, tomamos rumbo al departamento de TaeHyung, y allí estuvimos pasando la noche con NamJoon y SeokJin, comentando respecto a nuestras vidas amorosas y viendo partidos de fútbol.

Casi a medianoche, cuando ya estaba acomodándome en la cama de Tae al lado del mismo que dormía como piedra, mi celular vibró en la mesita de noche, y al ver el nombre de mi esposa en él, no dudé en levantarme a la velocidad de un rayo (importándome muy poco los quejidos de mi mejor amigo) e ir hacia el balcón, cerrando la puerta (para que no me escuchara y se quejara más).

-Gorilita...

Una enorme sonrisa tenía al escuchar su voz.

-Mi esmeralda ¿Qué tal tu noche de chicas?

-¡Increíble!-sus chillidos eran en susurros, y se escuchaba un ligero eco-. No pensé que me fueran a recibir tan bien, y la verdad me siento genial con ellas. Ya tenemos muchos planes y esta noche he hecho cosas locas que siempre quise hacer pero a falta de mujeres cercanas, pues no se podía. Habíamos decidido no usar los celulares esta noche, y menos para llamarlos a ustedes, pero sabes que yo no puedo vivir sin ti, salvaje, así que estoy escondida en el baño de nuestro cuarto. Perdona que no pueda hablar más alto.

Aunque no me pudiera ver, allí estaba yo negando y riendo bajito.

-Está bien, KiKi. Aquí con los chicos también pasamos un rato juntos, y aunque tampoco puedo vivir sin tí, no quería arruinar tu noche. Me hace muy feliz que tú lo estés.

-Realmente se siente muy bien tener amistades...más si están tan locas como yo.

-Sí-suspiré-. Ya me ví siendo víctima de alguna travesura planeada por ustedes.

-¿Para qué mentirte?-terminamos compartiendo cómplices risas-. Es bueno que te vayas preparando, pero por el momento ya me debo ir. Van a sospechar si paso mucho más tiempo ausente.

-Ve y sigue disfrutando. Mañana paso a buscarte. Ten buena noche, mi esmeralda.

-Buenas noches también para tí, mi lindo gorilita salvaje. Recuerda que te amo mucho.

-Yo también, rubia loca. Yo también.