4.-Una flor atrapada

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Itachi y Yamato estaban en la parte trasera de la escuela leyendo aquellas hojas. Era la primera hora y el profesor de inglés había faltado así que tenían tiempo libre.

"Y al final, la muerte al ver tal acto de amor removió las flores de los pulmones de aquel hombre. Curándolo de toda enfermedad y dejándolo vivir con aquella persona que era su amor verdadero y correspondió a sus sentimientos. La cura siempre estuvo en él, en medio de los pulmones que florecieron con impotencia y fueron limpiados con cariño; La cura fue el amor correspondido que finalmente había sido proclamado, así el enamorado y su enamorada pudieron ver juntos los cerezos florecer." —Leía Itachi

—Debe ser una broma, estuve acomodando papeles durante dos horas escuchando a Obito y Sukea gritar y reír ¿para esto? —soltó Yamato molestó

—Creo que es muy romántico, pero no nos sirve de nada—dijo Itachi entregándole las hojas

—Lamento que no haya sido de ayuda —comentó el castaño agachando la cabeza

—Descuida, escuche en las noticias que en la mañana inicio una importante operación para remover las flores de uno de los enfermos que estaban en cuarentena, si todo sale bien iré a que me hagan el mismo procedimiento —contó Itachi de forma tranquila.

— ¡Oye, Itachi! —exclamó Shisui a lo lejos atrayendo la atención del chico —¡Vamos a desayunar algo rico antes de que inicie la clase!

Itachi se levantó para sacudirse. —Y si no hay cura, entonces creo que haré lo que hizo el enamorado, le pediré a la muerte un último deseo para poder declararme. Nos vemos en el salón —el chico le sonrió a Yamato antes de caminar hacia Shisui.

"La cura es el amor correspondido" —leyó Yamato el texto en sus manos. Eso no podía ser cierto, porque si lo era...entonces el estaría muerto.

Durante ese tiempo no tuvo ningún ataque de tos fuerte, era extraño. Itachi tenía razón al decir que iban y venían, aunque hasta ahora solo habían sido leves y soltaba a lo mucho dos o tres pétalos; Estaba ansioso y temeroso por saber cuándo le llegaría uno fuerte de nuevo,

En el entrenamiento de aquel día noto como algo parecía molestar a Kakashi, se notaba disperso. Había dejado pasar más de una vez el balón, pero ni siquiera parecía importarle. Ojalá pudiera leer la mente para saber que era aquello que tenía así a su senpai y de alguna forma ayudarle.

—Terminamos por hoy chicos —dijo el entrenador.

— ¡Kakashi! ¿Qué demonios te paso hoy? —reclamó Iruka acercándose el mayor —Todos mis pases fueron hacia a ti y no devolviste ninguno

—Lo lamento, es solo que no me siento bien hoy —contestó Kakashi

—No nos digas que tienes esa nueva enfermedad —dijo Asuma acercándose al oír la disputa

—No, es solo que... no es nada importante —el chico negó con la cabeza y fue hacia las duchas

— ¡Oye, no nos dejes con la duda! —exclamó Iruka

—Déjalo, es Kakashi, si tiene un problema de seguro podrá resolverlo solo —comentó Asuma

—Aun así quiero saber —dijo Iruka para ir tras Kakashi

Yamato los vio charlar a los lejos. No podía escuchar que decían, ¿Iruka era tan cercano a Kakashi como para poder contarle lo que sentía? Sintió un dolor en su pecho, ahí estaba de nuevo. Cubrió su boca y salió corriendo del lugar antes de que el ataque de tos iniciara, no quería que nadie se diera cuenta. 

 

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