10.-Una flor que ama

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—Estoy en casa —dijo Kakashi entrando a su hogar para quitarse el calzado en la entrada.

—Se atoro, ayúdame a sacarlo

—Eso hago

Kakashi fue hacia la sala para ver aquella escena extraña — ¿Debo preguntar? —dijo al ver una botarga de oso a la cual Sukea intentaba quitarle la cabeza

—No, mejor ven a ayudarme —respondió Sukea mientras jalaba

Kakashi dejo su mochila a un lado y se acercó para ayudarle a jalar la cabeza hasta que salió.

—Está demasiado caliente aquí dentro —dijo Obito sudando dentro de la botarga

— ¿Qué se supone que hacen? —preguntó Kakashi

—Te dije que no debías preguntar —reclamó Sukea

Kakashi negó con la cabeza, escucho el teléfono sonar así que se acercó a contestar.

—Ayúdame a quitarme esto —dijo Obito

—Espera, dame un momento —Sukea busco entre sus cosas para sacar una cámara

— ¿Qué demonios haces? Deja eso y quítame el traje

—Te ves muy ridículo, necesito tomar una foto de esto —dijo el castaño para apuntar con la cámara a su amigo mientras reía.

—Si fueras tú el que estuviera dentro de esto no sería gracioso —se quejó Obito moviendo los brazos haciendo reír más a Sukea.

—Estas fotos valen oro —decía mientras seguía capturando imágenes para luego poner la cámara a un lado y acercarse a ayudar a Obito.

—Maldita sea, estoy sudando demasiado, dame una soda —dijo el azabache mientras jadeaba.

—Voy por ella —Sukea dejo la botarga a un lado para ir a la cocina.

Obito se echó en el sillón mientras jadeaba, Sukea regreso y le dio una lata de soda. —Gracias viejo

Kakashi colgó y puso el teléfono en su lugar. —No sé qué planeen hacer, pero será mejor que esta cosa se vaya antes del fin de semana.

— ¿Por qué? —preguntó Sukea

—Porque papá viene este fin y no sé qué tanto le guste ver una botarga de oso.

—Descuida, la usaremos el viernes en la tarde, así que me la llevaré ese día temprano a la escuela. —respondió Sukea

—Bien, ¿te quedas a comer Obito? —preguntó Kakashi yendo a la cocina

—Claro, como en los viejos tiempos, ¿no? —respondió Obito codeando a Sukea

—Sí, parecía que no tenías casa porque siempre estabas aquí —comentó Sukea

—Si...siempre, incluso cuando Kakashi se cayó del árbol, ¿lo recuerdas?

—Aquí preferimos no mencionar eso —murmuró Sukea.

—Oh, lo siento.

—Descuida, de todas formas tienes razón, siempre has estado aquí, y lo seguirás estando, ¿verdad, mi soul mate? —preguntó Sukea

Obito vio a Sukea fijamente quien al notarlo le sonrió. —Claro, siempre estaré aquí para ti, Sukea 

 —Claro, siempre estaré aquí para ti, Sukea 

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Notice me, senpaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora