Me pregunto porqué siempre suceden estas cosas durante la noche? Será que existe alguna conexión entre la oscuridad de la noche y los cientos de ruidos que provienen de la planta, que se mezclan fácilmente con las distintas situaciones extrañas que pasa uno aquí?.
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Hace algún tiempo atrás, cuando arrancó esta catástrofe mundial conocida por un virus que se propagaba rápido entre las personas, en mi trabajo decidieron contratar empleados temporales; que estaban encargados de sanitizar y desinfectar cada sector de la planta. Usaban unas mochilas pulverizadoras, de esas que se usan para fumigar con pesticidas sobre plantas y jardines; en ellas vertían un liquido concentrado y lo disolvían abusivamente con agua, esto con el fin de que rinda más asique de matar virus hay que olvidarse.
Había hecho buenas migas con uno de estos muchachos contratados; era flaco, bajo (tal vez medía un metro y medio), de tez oscura y le faltaban algunos dientes, mientras que otros estaban obscurecidos y consumidos por las caries.
Él rotaba en el mismo horario que yo, también descansaba el mismo dia que yo: jueves; y como su trabajo era recorrer y fumigar, era obligatorio pasar por mi sector y quedarse conversando conmigo.
Pienso que un factor importante que tuvo implicancia en la relación como compinches fue compartir la pasión por la pesca. Se notaba a la legua su afán por ese deporte, pero como todo pescador también era buen mentiroso; de cada 10 historias que el contaba, por lo menos 7 eran sobre capturas de más de 15-20kg. Aún así era un buen muchacho, muchas veces nos haciamos bromas que terminaban con un hombro golpeado (claro está que no era un juego brusco, si uno hablaba de más, por ley de la fabrica le correspondía recibir un golpe, asique la mayoría eran esperados).
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Esa semana nos encontrabamos en el turno noche, era invierno y hacía frío por lo que el pasó por mi sector como de costumbre, pero llevando un suéter negro, fino y su infaltable mochila.
Se detuvo a conversar un poco y se fue, pues el horario y el clima solo se prestaban para dormir. Transcurrieron las horas y cuando se acercaban las 04:30 am, que es el horario en el que me doy una ducha para volver a mi casa a eso de las 05 am. (cuando estoy en el turno noche, el único que está en el baño duchandose a esa hora, soy yo).
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El baño tiene 6 duchas tipo box, enfrentadas por una pared a media altura, mientras que al otro lado de esta pared hay un pileton con 4 canillas y a lo último 3 mingitorios. Detrás del pileton hay 4 boxes de inodoros, cada uno con una puerta de chapa tipo vaquera.
Todo esto se encuentra del lado izquierdo cuando ingresas al baño; mientras que del lado derecho solo hay unos 10 casilleros cerca de la puerta.
Uno de esos diez casilleros era mío, en su interior solo estaban mis cosas para ducharme: jabon, shampoo, desodorante y toalla.
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Me estaba duchando como era costumbre, probablemente pensando en las actividades que debía hacer durante el día, luego de volver a casa y descansar; entonces en un pequeño descuido, entró algo de shampoo en mis ojos; trato de quitarlo fregandome con las manos y enjuagandome con más agua. Cuando por fin logro retirarlo, entre el ardor del jabón y la frialdad del agua logro distinguir que alguien pasó del otro lado de la media pared que mencioné anteriormente.
Lo habia visto claro y siendo mas detallista, que se trataba de una persona no muy alta, usando una campera o suéter negro. En el momento solo podía pensar que era este muchacho contratado con el que hablaba, que tal vez solo iba a orinar.
En ningún momento aparté la mirada desde adentro de la ducha; cerré la llave y mientras me secaba, esperaba volver a verlo cruzar solo con la idea de hacer alguna broma. Salí de la ducha y pude comprobar que dónde los mingitorios él no estaba; pensé que a lo mejor estaría en uno de esos box de inodoros, puesto que todos tenian la puerta cerrada.
Asique solo decidí esperar... mientras me secaba y me vestía no aparté la mirada en ninguna ocasión; quería verlo salir pero esta vez solo para tranquilizarme sobre lo que estaba viendo, pero nada. Pasaban los segundos y nadie salía, mucho menos nadie entraba al baño a esa hora.
Aún no recuerdo de donde saqué el coraje para acercarme a mirar. Como se trataban de puertas tipo vaqueras, se puede ver debajo de ellas si es que alguien esta ocupando los inodoros, al menos vería sus pies allí; sin embargo no habia nada.
Abrí una, dos, tres y la última puerta para finalmente ver que no había nadie...
Cerré mi casillero y me marché a casa.