-Lis...¿Lisa? -Yiren tomó la cara de su amiga entre sus manos para conectar con su mirada vacía y distraída. -¿Me estas escuchando?
Manoban parpadeó un par de veces intentando recordar algo de los últimos cinco minutos pero su mente estaba en blanco. Juraba estar recibiendo la voz de Wang pero no recordaba nada de lo que había estado escuchando.
Negó con su cabeza mientras volvía a mirar, sin un punto fijo, el gran patio lleno de estudiantes. Sin embargo, sentía el tumulto de personas que solían agruparse allí en los recesos, pero la realidad era, que no podía ver a nadie. Su atención se perdía en los colores predominantes del lugar como el tono verde del césped, o el celeste brillante que cubría el cielo con pequeñas matices blancas reconocidas como nubes.
-Sinceramente, no. -respondió desorbitada.
Ese lunes, el primer lunes, ese primer comienzo de semana luego del desastre de los días anteriores, entre muchos otros calificativos, era extraño, doloroso y frío.
No contaba con la facultad de la atención, con suerte podía concentrarse en sus clases y lo hacia cada cierto tiempo, porque era inevitable que su cabeza divagara por cualquier otra parte o por los recuerdos que tenía con Jennie.
-Lisa, no puedes estar así. -volvió a tomar la cara de su amiga. -Me duele verte así, ayer al menos te la pasaste llorando, hoy solo eres una planta; no se que es peor.
Tal vez ni siquiera "planta" era la palabra adecuada para describirla en ese momento, algo se había apagado en la alta. Era un cuerpo vacío, no parecía tener luz ni alma.
-¿Y se supone que debo llorar aquí? ¿Frente a todos? -su voz salía con desgano. Sus ojos se sentían pesados, de hecho todo su cuerpo mantenía un estado insufrible de pesadez, realmente no veía las horas para volver a su casa.
Aunque, por si fuera poco, le debía una explicación a sus padres que reiteradas veces, en un lapso tan corto como lo eran tres días, ya le habían preguntando un millón de veces si se sentía bien o si algo le había sucedido. Ellos estaban preocupados y el estado que cargaba Lalisa no era fácil de disimular.
-No estoy diciendo eso, pero no me gusta verte así. -la señaló haciendo referencia a su estado. -Estas conmigo pero a la vez te siento tan ausente, al menos esfuérzate por mejorar.
-Como puedo cambiar mi ánimo si en lo único que pienso es en...¿Jennie?
-Esta claro, se que piensas en Jennie per...
-¡No! Allí está Jennie. -anunció señalando con su cabeza justo detrás de Wang.
Esta última rotó levemente su torso y cuello para que su mirada alcanzara el punto señalado, confirmando el avistamiento de Manoban.
A bastantes metros, unos pasos más adelante del marco de la puerta que divida el interior de la institución con aquel patio interno, se encontraba parada Jennie, justo detrás de dos de sus amigas y con su mirada clavaba en Manoban.
-Esto no puede ser. -expresó Jennie dejando de mirar a la menor a quien, por algunos segundos, le había sostenido la mirada. Ahora solo podía sentir como aquellos ojos, a la distancia, quemaban su cuerpo y alma con intensidad.
Por el momento, aún no queria ni siquiera verla, le dolía y prefería huir nuevamente a su salón, donde había estado encerrada las últimas horas y del cual no quería salir por temor a cruzarse con alta.
-Y-yo mejor regreso a mi salón. -dio aviso mientras retrocedía de espaldas con lentitud dejando a sus amigas, Rosé y Jisoo, de pie a mitad del camino mirando como esta huía.
Lalisa solo se dedicó a observar aquella escena, conteniendo su impotencia y sus instintos hasta que la mayor desapareció por completo de su panorama. Lo más extraño, es que cuando Kim apareció, la divisó como si fuese la única persona en aquel lugar cuando se encontraba repleto de personas.
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Notas Indecentes | Jenlisa Adaptación
FanfictionDonde el objetivo de Lisa es ver a Jennie sonrojada. A ella le resulta divertido. A la pequeña No. Esto es una adaptación, todos los créditos van a @Chifu_123