Habían pasado unos días desde que los trillizos llegaron a la vida de los azabaches. Los días sin dormir estan rodeados de algunos malos momentos, pero valia la pena cuando veían a sus hijos sonreir o dormir con tranquilidad.
Law sabía que no sería sencillo tener un hijo, más no esperaba que tres pequeños llegaran a su vida al mismo tiempo, aún cuando eran tan pequeños y frágiles podía notar el parecido que le tenían con su esposo. Eran iguales a el.
Desde el cabello azabache, hasta el apetito que tenían cada día, pero lo que más amaba de ellos era la forma en que sonreían, era ver una perfecta réplica de su pareja. La forma en que sus ojos brillaban al sentirse alegres. Era algo que pagaba sus noches sin dormir, sin duda alguna sus hijos eran su luz.
Rosinante, Lamy y Ace eran sin duda la luz de su vida.Aún con ello estaba preocupado por un detalle, su esposo parecía padecer un episodio de depresión post parto, algo muy común y, que, con algo de terapia y apoyo de aquellos que le rodeaban podría sacar a adelante. El pequeño alegre parecía tener episodios de inseguridad por su cuerpo, para Law aquello era extraño ya que debido a la cualidad de su piel de goma no había sufrido de estrías, al contrario, su abdomen se veía más marcado que nunca y eso solía acalorar sus mejillas.
Algo que había amado durante el embarazo de su pareja había sido el tocar su abultado vientre, dejarle un par de besos y susurrarle palabras agradables a sus hijos.
Aún con sus pensamientos en mente se levantó del lugar donde estaba, con el pequeño Ace en brazos, camino a paso lento hasta llegar al lado de su pareja y dejó un beso en el cuello de esto, algo que hizo sobresaltar al menor.-No hagas eso Torao- el puchero en sus labios hizo que el de ojos grises soltará una risa profunda que resonó por la habitación y capturó la atención de sus hijos.
-Pero amo besarte, siempre lo he amado y lo sabes, eres la persona más hermosa a mis ojos Luffy, no solamente quiero admirar esa belleza para siempre, quiero tocarte y tenerte entre mis brazos otra vez, pero para ello quiero saber que aún lo deseas. Si me dices que no quieres que lo haga nunca más, no lo haré, porque me importas. - Aquello había salido de sus labios con una naturalidad abrumadora, algo que sin lugar a dudas había impactado al joven.
-Pero... Ya no estoy embarazado, ya no tienes que mimarme tanto... Se que no te gusta...- su mirada había bajado con algo de tristeza, mientras sus bellos orbes onix se llenaban de lágrimas. El ojigris tomó la barbilla de su pareja con delicadeza, cómo al tocar una rosa a punto de dejar caer su último pétalo.
-Admito que nunca me gustó el contacto físico, no era algo que amará, pero tú siempre fuiste una excepción, se que estuve muy al pendiente de ti durante el embarazo, pero ahora que ellos están en nuestras vidas solo deseo ser aún más cuidadoso contigo, Luffy te debo la vida, tenemos tres hermosos hijos que se parecen a la persona que más amo en este mundo, tú. - Beso la frente de su pareja antes de continuar. - Eso es algo que nunca podré pagarte, lamento que pensarás que no me gustas o solo lo hacía por ellos. Cariño, yo podría vivir con la idea de perderlo todo, podría vivir con la idea de perder a nuestros hijos, pero no soporto la idea de perderte a ti, amo a los niños, pero siempre voy a amarte más a ti, tú eres el amor de mi vida. Solo quiero cuidarte, amarte y protegerte durante toda mi vida, porque tú me salvaste, tu me diste esperanza y tú, solo tu eres el único que me encanta. -
La respuesta de Luffy fue darle un tierno beso en los labios, ese momento iba a repetirse varias veces y Law estaba dispuesto a recordarle cuánto lo amaba en cada una de ellas. Porque el no concebía una vida donde un pirata con sombrero de paja no estuviera.
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Camino de 9 pasos hacia la paternidad [EN EDICIÓN]
FanfictionLaw y Luffy llevan tres años felizmente casados y el monito del sombrero de paja está deseoso de tener una familia, con pequeños correteando por la casa y el a su lado, contando la historia de como se convirtió en el rey de los piratas. Law cree que...