Lo único bueno que tenía mi nuevo sitio es que estaba al lado de la ventana y alejado de las más tontas de la clase.
Sentí que se sentaba al lado mío y que me observaba. Tenía un olor delicioso de esa colonia que tanto me gustaba de “Diesel” que a juzgar por su coche no era de imitación como la mía que tenía de “Do Touch Pink de Lacoste”.
-A mí me gusta tanto o menos que a ti, estar este mes juntos, así que tu a lo tuyo y yo a lo mío y no abra problemas, ¿vale? -le dije sin mirarle.
-Estas equivocada Rose, estaba deseando esto desde que te vi por primera vez cuando llegué al colegio. Llevo muchos años buscándote.
Me quedé helada literalmente, toda la clase había desaparecido. Solo estábamos los dos de nuevo como la primera vez que nos vimos, giré la cara y me perdí en sus ojos verdes totales ahora por las luces de la ventana.
Fue entonces cuando, sin mediar palabra aprovechándose de mi estado de shock me tocó la mano. Volvieron a mí las imágenes de mí sueño, un castillo con un prado enorme y un río lleno de rosas silvestres y mariposas. Una vez visto esto me soltó la mano y me miró.
-Se que todo esto lleva tiempo, que estarás muy confusa y que tendrás miles de preguntas sobre las imágenes que acabas de ver. Te propongo algo; ven conmigo mañana que ya es viernes a dar una vuelta y te contaré todo lo que necesites saber.
No podía hablar tenía algo en mi cabeza que me impedía pensar con claridad, solamente quería acercar su boca a la mía y besarla sin parar hasta que se hiciera de noche. Sin embargo, también era verdad que no lo conocía de nada en absoluto y que esas cosas que decía me tenían confundida y quería saber desesperadamente.
-Este fin de semana no puedo, le prometí a Carla, mi mejor amiga, que estudiaríamos juntas-articule a decir.
-Pues es una lástima no había pensado en ella. Sé que es muy precipitado y que ahora mismo estarás pensando en que estoy loco pero de verdad que no es eso para nada y que necesito hablar contigo.
-No puedes venir aquí después de haberme ignorado como si fuera una pared con las pijas de tus amigas y ahora soltarme esto. No me fío de ti y no tengo porque quedar contigo.
-Pero Rose, yo no sabía, no estaba seguro…por favor es urgente- me dijo desesperado.
-Tan urgente no debe de ser cuando has hecho lo que has hecho, así que si me perdonas quisiera atender en clase-le dije cabreada.
-Está bien como quieras, conseguiré que te fíes de mí y que hablemos.
-Si eso es una amenaza, señor lo sé todo, pues ahorrártela no voy a cambiar de parecer- le dije mirando para él y desafiándolo.
-Siempre me han gustado los retos, sabía que no me lo pondrías fácil, siempre consigo lo que quiero por muy mal que se ponga todo.
-Cualquiera diría que es por otra cosa más y no simplemente por explicármelo.-me atreví a decirle.
-La capacidad del ser humano es muy amplia, tanto que muchas son las veces que nos expresamos con un doble sentido aunque no sea esa nuestra intención. Son pocas las personas, que pueden ver ese doble sentido. Como veo que eres muy observadora, dejaré a tu elección si era con ese doble sentido.
Me quedé atónita mirándolo, por sus ojos brillantes claro que se le veía que había sido con un claro doble sentido que con esas palabras me había desviado del tema sutilmente.
Las clases terminaron, estaba en la puerta esperando a Carla cuando el salía no sin antes dedicarme una sonrisa y decirme; Buenas noches Rose y Hasta Mañana; para que solo yo pudiera oírlo para después montarse en su coche y alejarse.
-¿Con quién te ha tocado en clase?-me dijo Carla a los pocos segundos.
-No te lo vas a creer-le dije
Le conté que nos habían puesto juntos y todo, pero decidí guardarme la parte de la conversación en la que hablaba de mi sueño. Hay cosas personales que aunque sea tu mejor amiga te guardas para ti.
El fin de semana pasó con normalidad, estuve en casa de Carla comiendo palomitas y viendo pelis románticas, llorando como locas histéricas hasta muy tarde.
Me lleve el libro que me había encontrado en mi taquilla y para nuestra sorpresa, estaba totalmente en blanco. Carla se puso sería y me dijo que esto no le estaba dando buena espina, que tuviera cuidado que ella siempre estaría ahí apoyándome.Eran muchos años de amistad la verdad, pero aunque esto era cada vez más raro no me daba la impresión de ser tan peligroso.
Llegué a casa y después de comer solo un poco de sopa me fui a dormir. Una noche sin sueños, que no me desperté hasta el día siguiente al sonar mi despertador.
Salí para montarme en mi coche y ahí estaba él con una cazadora de cuero negra, unos pantalones vaqueros que le quedaban de muerte y una camiseta blanca. Esta vez me esperaba con una moto, pero no una moto cualquiera, sino un "Harley" negra preciosa.
Me encantaban las motos, mucho más que un coche, pero cuando eres tan patosa y tu cuerpo se puede llevar el golpe no es muy buena idea.
-Hola, he pensado que podías dar una vuelta conmigo hasta el instituto-me dijo todo feliz acercándome un casco.
-Creo que ayer te dije lo que pensaba de los desconocidos y también me estas dejando claro lo que hablamos el otro día-le conteste furiosa.
-Vamos,es solo una vuelta en moto, me quedaba de paso. Prometo no correr y no hacerte nada que tú no quieras. Sé que te encantan las motos, sube-me soltó.
-¿Cómo sabes que me encantan las motos?-le dije
-Umm…eso es un secreto, ¿Vienes?-me dijo misterioso, mirándome con esos preciosos ojos entrecerrados llenos de misterios que cada vez tenía más ganas de descubrir.
-Está bien, pero como me calientes, después vengo caminando- Le cogí el casco y me subí.
-Agárrese fuerte a mi cintura, señorita aguafiestas-dijo mientras arrancaba la moto.
Fue el viaje más alucinante de mi vida, esa moto rugía como ninguna. Él no iba demasiado rápido, pero en un momento estábamos en el instituto.
-Dí, ha sido increíble-, no creas, pero sí me ha gustado, bastante.-le contesté yo.
-Venga, ven conmigo el este fin de semana. Te prometo que será inolvidable-me dijo con una sonrisa increíble.
-Está bien, entonces este fin de semana. Mi padre se irá de pesca y no tendré que estar en casa para hacerle la comida también y tendremos más tiempo. Pongo solo una condición: Yo elijo el sitio a donde vamos a ir.
-Me parece bien y ahora vamos a clase, que algo fundamental para la gente de nuestra edad.-contestó de nuevo con un lenguaje muy culto para su edad.
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Amor en las estrellas
Viễn tưởngRose vive en faire un pueblito pequeño.Su vida es la de toda adolescente normal hasta que en su colegio aparece el chico nuevo:Alan. Una corriente le recorre el cuerpo, la primera vez que se tocan.Descubrirá que es una princesa de un reino perdido...