🩰Capitulo 13🩰La decisión...

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Tras mucho pensarlo lo cumplí, en realidad, no sabía que responder pero no quería que mataran a nadie y menos a mi hermana, tras mucho tiempo de pensar ya sabía que iba a responder.

Queridos secuestradores:

No quiero que maten a nadie, así que por favor, si dejáis libre a uno o una seré feliz.

Esperé y esperé, pero nadie me respondía, cuando me iba a acostar me llegó otro correo de los secuestradores.

Querida Daila:

Muchas gracias por responder, no se preocupe por las demás personas, las demás seguirán donde están, mañana a primera hora, la persona que sea elegida la esperará en la estación de trenes. Y recuerde, LA ESTAMOS VIGILANDO.

Dios, que mal rollo. Pero lo importante es que voy a salvar a una persona, sé que mucha gente en mi caso habrían elegido a una persona y las demás dejarlas morir pero es que ya a mí me importa una mierda sinceramente. Dejé el móvil en la mesita de noche y me acosté en mi cama. 

Al día siguiente...

Sonó mi alarma de las siete de la mañana. Es Lunes pero mi misión no es enfrentar al trio de la muerte sino rescatar a gente que quiero que eso ya es más complicado, cómo dijo el correo, me vestí, y me fui corriendo a la estación de trenes. Me puse esta ropa:

Cuando llegué a la estación de trenes no había ni un alma y a parte no había pasado el primer tren

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Cuando llegué a la estación de trenes no había ni un alma y a parte no había pasado el primer tren. Me senté en un banco cercano y esperé a que viniera el tren, cuando llegó un barullo de gente me taparon la vista, pero cuando la mayoría se fue, la vi.

-¡Sara!-Grité al verla.

Corrí hacía ella y la abracé, ella me devolvió el abrazo y me preguntó:

-¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy Daila?

Me quedé pensando, ¿no se acordaba de nada?, en medio de mi trance me di cuenta, claro que no se acuerda de nada, la secuestraron por la noche y no la despertaron hasta ahora. Salí de mi trance y le hice una seña para que se sentara en un banco que estaba cerca de nosotras.

-Secuestraron a todas las personas que quiero, os secuestraron por la noche, y no os despertaron hasta hoy o por lo menos a ti.-Comencé a explicarle.-Si queremos que venga otra persona tenemos que sobrevivir por lo menos dos días pero sin pelearnos, si nos peleamos o la cagamos directamente al resto de personas las matan y obvio que no quiero eso.

Terminé de hablar y parecía que Sara ya iba comprendiendo todo, cuando vi que ya lo había comprendido todo, me la llevé para mi casa.

-¿Tendremos que vivir aquí en tu casa?-preguntó.

-Sí, aquí nos tienen vigiladas, si salimos de mi casa no, y aunque eso sería un alivio, tendría unas consecuencias bastantes graves.-Le respondí.

La dejé que flipara con mi casa y me subí a mi habitación, me puse a hacer ballet porque lo echaba de menos.

La dejé que flipara con mi casa y me subí a mi habitación, me puse a hacer ballet porque lo echaba de menos

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Cuando terminé, un tosido falso me sacó de mi mundo de bailarina, era Sara

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Cuando terminé, un tosido falso me sacó de mi mundo de bailarina, era Sara.

-¿Qué pasa?-Le pregunté un poco borde.

-No pasa nada, solo es que tenía una duda.-Me respondió obvia.

-¿Dime?-Pregunté de nuevo.

-¿Tendremos que mentir en el instituto?

Esa pregunta me desequilibrio, la verdad no lo sabía, lo menos que pensaba era en hacer cómo si nada frente al trio de la muerte.

-No lo sé.-Tuve que decirle la verdad.-Espero que no, no quiero aparentar que todo está bien al trio de la muerte.

Cuando terminé de hablar, una notificación de un correo resonó por toda la habitación. Lo abrí y ponía:

No me acordaba, nos vigilaban y estaban respondiendo a nuestra duda.

-¿Qué pasa?-Preguntó Sara.

-Me acaban de responder a nuestra duda.-Dije sin más.

Sara lo comprendió, mañana había que ir al instituto y aparentar cómo si nada.

Tú, yo y el balletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora