Mi alarma de las siete de la mañana sonó, hoy no tenía muchas ganas de ir al instituto porque tenía un examen de inglés el cual me lo he preparado como el culo. Pero bueno, he ido al baño, y he vuelto a mi habitación, para qué, bueno pues para ponerme esta ropa:
Hoy tengo deporte, y la ropa que me puse ayer, la puse en la lavadora para que se lavara. Cogí mi mochila y me fui para el instituto, no he desayunado porque no me daba tiempo, cuando llegué a clases ya estaba el profesor de oratoria.
-¿Se puede?-Pregunté en la puerta.
-Se puede llegar más temprano.-Me respondió el profesor
No le contradije porque eso siempre lo dice, me senté y llegó otro compañero y le dijo lo mismo. El profesor retomó la clase y preguntó:
-Sí tuvierais que perder un sentido, ¿Cuál sería?
Todos respondieron que el tacto, pero yo, respondí...
-La vista.
Obvio que todos me miraron raro, pero no me importó.
-¿Por qué la vista?-Me preguntó el profesor.
-Sin el tacto no le puedo dar un abrazo a mi mejor amiga o a mi madre y sin el olfato, no puedo saborear los sabores de los alimentos.
Algunos también respondieron que perderían el olfato, obvio que cuando yo dije mis razones todos me miraron de nuevo raro, el profesor asintió y siguió la clase. Cuando la clase terminó, Irene se acercó a mí.
-Buena respuesta.-Me dijo.
Le sonreí, pero no sabía si eso afectaría mi nota, con eso en mente, me fui con Irene a por Laura y Sara que estaban en francés. Las cuatro llegamos a clase y esperamos a la profesora de inglés para hacer el maldito examen que lo voy a suspender, vino la profesora e hicimos el examen, otra mierda para las mierdas de exámenes que hago. Tocó el timbre y llegó la hora de dibujo, dibujo técnico. En esa clase, una mierda de pentágono y eneágono en vez de tener nueve lados me salió seis. Una mierda de clase en mi opinión, tocó el timbre y nos fuimos al recreo, hoy me había traído dinero, me compré medio bocadillo de tortilla y de lo que me sobró me dio para dos picotas, penoso sí, pero más penoso fue cuando a Irene solo le dio para una. En el recreo nos juntamos con Ariadna y empezamos a hablar de que queríamos quedar, yo no podía porque tenía ballet. Obvio también hablamos de Lucas y Laura ya me estaba shippeando con él, de verdad que pavo. Tocó el timbre y volvimos a clase, nos tocaba lengua, nada del otro mundo, corregimos las actividades de ayer y no nos mandó más actividades. Tocó de nuevo el timbre y tocaba tutoría, en tutoría hablamos con el tutor de los simulacros de incendios, después, antes de que tocara el timbre, el profesor anunció algo que me dejó de piedra.
-Chicos, el lunes se incorpora con nosotros Lucas Ortiz.
¿¡CÓMO QUE LUCAS IBA A ESTAR EN MI CLASE!? ¿Estaría conmigo en TODAS las clases? No lo sé y esa respuesta no me iba a servir de nada, ya hablaría con él en ballet. Tocó de nuevo el timbre y todos nos fuimos a deporte. Calentamos, corrimos dos vueltas a la pista, y el team lokitin (que ya soy parte de él) y Darío, nos fuimos a por dos pelotas de baloncesto. Sara, Laura y Ari se fueron a la otra canasta a jugar solas y yo empecé a jugar con Darío, pero el trio de la muerte, compuesto por Jimena, Coral y Martina, Jaime, Alba (o... el alma de la muerte) y Jesús Carrasco o Carrasco se vinieron a "jugar" lo que en realidad querían era reírse de mí y de Sara y Laura, yo quería reírme de ellos, y por eso, cuando Alba me preguntó:
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Tú, yo y el ballet
RomansaDaila empezó en el ballet cuando tenía 3 años, el ballet, es su pasión, su vida y por nada del mundo lo dejaría. Cuando tenía 16 años, conoció a un compañero nuevo, Lucas. Lucas era nuevo en la ciudad, era nuevo en su clase de ballet, guapo, extranj...