Capitulo #14

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Pasaron seis meses desde el festival, durante ese tiempo Kakashi y Obito no volvieron a contactarse, el Hatake se sentía frustrado, había hablado con el general de la guarnición de la alianza, con el jefe del país del hierro, pero la orden de arresto hacia Obito seguía en pie.

— Obito... —Susurró el Hatake mientras sostenía aquel corazón de papel, estaba recostado en su cama.— No me daré por vencido, se que volveremos a vernos...

En aquella cabaña Obito caminaba hacia su habitación, había sido un día ajetreado entrenó bastante junto a Naoko y Daiki, había pensado en irse a vivir a otro lugar, pero tenía que permanecer ahí ya que Orochimaru le mandaba una que otra nota, aún no había podido solucionar el problema con el experimento así lo hacía llamar el Sanin.

— Bakakashi... —Murmuró el azabache abrazando la almohada y es que aunque no quisiera admitirlo, extrañaba al peliplata, se había acostumbrado tanto a estar cerca de él, a veces se preguntaba si hacía bien en mantenerle oculto el asunto sobre su hijo.— Cuando el niño este bien, se lo diré, es más talves lo mejor sea que viva con él...

Poco a poco fué cerrando los ojos hasta quedarse profundamente dormido, se sentía bastante cansado pero cuando estaba en lo mejor de su sueño despertó, alguien golpeaba la puerta, trató cubrirse con la almohada pero los golpes seguían, Obito se levantó de mala gana, no importaba quién estaba golpeando tan insistentemente la puerta, le daría una paliza por atreverse a despertarlo tan temprano.

— ¡Ya voy! —Dijo acercándose a la puerta y la abrió.— ¿Quién se atreve a levantarme a esta hora? ¿Eh? —Volteó a ver hacia ambos lados no había nadie, así que volvió a cerrar la puerta, pero cuando dió unos pasos de regreso a su habitación, volvieron a tocar la puerta.— ¡¿Esto es una broma?! ¿Qué quie... —Se quedó sorprendido al abrir nuevamente la puerta y mirar hacia abajo.

— No me cierre la puerta en la cara. —Dijo un pequeño como de 7 años permanecía cruzado de brazos con el ceño fruncido, Obito sintió un nudo en la garganta, al ver aquel niño quién entró a la casa.

— Ya lo logré. —Dijo una serpiente que de la nada apareció en el hombro de Obito haciéndolo pegar un grito, tirando la serpiente al suelo.— Después de todo lo que hiciste, ¿te asustas por una serpiente?

— Cállate... —Dijo entre dientes— ¿Y porque lo traes a esta hora?

— Porque ya no lo puedo tener en mi laboratorio.

— ¿Y no pudiste esperar al amane... —En eso se escuchó el sonido de una lámpara romperse, Obito volteó a ver hacia atrás el chico estaba sentado en el mueble, con sus manos sobre sus piernas se veía tan inocente.

— Me debes todo lo que rompió.

— Mándale la cuenta a bakakashi. —Dijo Obito cerrando la puerta, luego se acercó al niño.— ¿Cómo te llamas?

— Orochimaru-sama dijo que como tú eras mi mamá, me pondrías un nombre.

— ¿Qué yo soy qué? —Preguntó mientras aparecía un leve tic en su ojo.

— Mi mamá.

— Escucha bien, no soy tu mamá, soy tu papá.

— Pero Orochimaru-sama dijo que tu eras mi mamá y que me dirías quién es mi papá. —Obito cerró los ojos y frotó su sien tratando de calmarse.

— ¿Y si mejor pensamos en un nombre para ti?

— Está bien, pero... ¿Cómo se llama mi papá? ¿Y dónde está?

— Él tiene cosas importantes que hacer.

— ¿Más importante que estar contigo?

— Es algo complicado, ¿sí? Cosas de adultos. —El pequeño sólo lo volteó a ver haciendo un puchero, Obito vió con ternura aquél pequeño peliplata el cuál tenía un lunar en su barbilla, aúnque el estilo de su cabello era igual al suyo, no podía evitar recordar a Kakashi al verlo.— Bueno, debo buscar un nombre que diga que eres fuerte, tierno, pero con la capacidad para gobernar el mundo. —Dijo sonriendo de lado.— Un nombre digno de un Uchiha.

Rompiendo las reglas. (KakaObi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora