Justiciero

I.- Pequeño Zorro

Stiles despertó gracias al molesto sonido de su despertador y sus hermanos en el piso de abajo acomodando las cosas de su pequeña tienda de comida. Hace unos años pusieron un pequeño restaurante, los tres Stilinski eran bastante hábiles para la cocina así que decidieron vivir de eso además de que ayudaba a los menores a seguir con sus estudios aunque Jordan le había dicho a Stiles que en cuento terminará el bachillerato se quedaría en casa para encargarse del restaurante todo el día. No tenía intenciones de ir a la universidad y Liam ni siquiera lo había pensado por el momento.

- ¡Arriba Mica! – le gritó Jordan con diversión mientras que Liam solo negaba con la cabeza.

- Anoche llegó tarde, deberías dejarlo dormir más. – comentó el menor.

- Él fue quien me pidió que no lo dejara despertarse tarde. Además tiene que ver a Derek temprano.

- ¿Cuándo se dará cuenta de que esos dos están detrás de él?

- Mica, es especial pero no es como nosotros. Tú eres un lobo y yo un sabueso del infierno, ambos olemos las emociones y podemos saber ciertas cosas pero nuestro hermano es inteligente solo que en el amor se vuelve un poco torpe. – comentó Jordan con diversión al ver a su hermano mayor bajar las escaleras vistiendo unos pantalones de mezclilla oscuros, una playera negra y arriba de esta una camisa de cuadros negros y rojos.

- Buenos días. – los saludó Stiles mientras revolvía sus cabellos y bostezaba con cansancio.

- ¿No quieres dormir un poco más? – le preguntó Liam mientras le daba un plato con su desayuno recibiendo una sonrisa cariñosa.

- Nah, estaré bien. Tengo que ver a la manada Hale, me dijeron que tenían un favor que pedirme.

Jordan asintió, él era novio de Laura y sabía que sus hermanos siempre estaban ocupados y más porque muchas personas contactaban con los Hale para hablar con Stiles.

Unos minutos más tarde el mayor tomó sus cosas y salió de la pequeña casa para después subir a su motocicleta yendo hasta la base de la manada Hale, en una de las zonas más prestigiosas del pueblo. Se estacionó frente a la mansión que estaba rodeada de otras casas. Entró sin problema recibiendo leves inclinaciones de los hombres lobos que cuidaba el perímetro.

- ¡Castañito! – gritó Cora, una chica de cabello azabache de ojos miel.

- Hola, Cora. ¿Dónde está tu hermano? – le preguntó el castaño mientras abrazaba a la loba.

- En su oficina. Está esperando por ti junto con Peter, no quiere que todos estemos ahí.

Stiles rio mientras acariciaba su cabello para después caminar por un largo pasillo, debía decirle a los Hale que tuvieran más sol. Todo el lugar parece sacado de una película de terror, oscuro y lúgubre.

Llegó al fondo donde había una puerta bastante grande y alta, al abrirla se encontró con Derek sentado detrás de su escritorio revisando unos papeles mientras que Peter estaba sentado en uno de los sofás tratando de hablar con un pequeño niño zorro; sus orejas naranjas puntiagudas sobresalía de su cabello castaño y una peluda cola se enrollaba en su pierna. El pequeño parecía asustado y solo quería huir de ahí, tenía unos 12 años.

- ¿Secuestraron a un niño? – suspiró – Quedamos que eso iba a aquedar en el pasado. – sonrió con diversión mientras ignoraba el bufido de los mayores. Se arrodillo frente al pequeño con una dulce sonrisa en su rostro. – Hola, cachorro. Me llamo Mieczyslaw pero puedes llamarme Stiles. ¿Me estabas buscando?

- Unos hombres se llevaron a mi mamá, entraron a casa y destruyeron todo. Dijeron que ella pagaría las deudas de papá. – las lágrimas comenzaron a caer con fuerza – No quiero que me quiten a mamá, quiero verla. – dijo el pequeño entre sollozos.

- Tranquilo. – limpió las lágrimas con ternura – ¿Cómo te llamas? – le preguntó Stiles mientras acunaba el rostro del menor entre sus manos.

- Mike.

- Todo va a estar bien Mike, voy a encontrar a tu mamá y la traeré de regreso.

El pequeño se abalanzó contra el castaño envolviendo sus brazos alrededor del cuello del mayor. Derek y Peter sonrieron con ternura al ver como el cachorro se calmaba en los brazos del castaño.

El menor tardó unos minutos en quedarse dormido, Stiles se acomodó en el sofá para no despertarlo.

- ¿Qué encontraron acerca de este caso? – les preguntó el castaño de manera seria sin dejar de acariciar el cabello del cachorro.

- El padre del cachorro se vio obligado a pedirle dinero a la organización criminal Diablos. Mike nació con un cuerpo débil y no tenían suficiente para pagar el tratamiento. Hace dos años se llevaron al padre y no ha vuelto, desapareció y por lo que nos dijo ahora fueron por la madre para pagar sus deudas. – le entregó unos documentos – Hemos estado persiguiéndolos desde hace unos meses pero son más astutos de lo que parecen. – le explicó Peter.

- Íbamos a llamarte para este asunto pero era demasiado peligros pero el cachorro te pidió específicamente a ti. – le dijo Derek frunciendo el ceño. No le gustaba nada que el castaño se arriesgará de esa manera pero sabía que una vez que acepta un trabajo no hay poder que evite que lo haga.

- Había escuchado de ellos, la manada Mccall y los Alfas también han tenido problemas con ellos. – miró a los lobos – Tendré que infiltrarme para saber la ubicación de la madre y tal vez pueda encontrar algo acerca del padre. No puedo cuidar del cachorro todo el tiempo así que lo dejaré en casa, ahí no van a encontrarlo. – les dijo Stiles.

- Lo que necesites puedes decirnos.

- Me gustaría que Jackson y Boyd se queden en mi casa. Si ocurre algo sería bueno que ayudarán a mis hermanos a mantenerse a salvo. Con Liam en el instituto casi todo el día eso deja solo a Jordan.

- Ellos irán. Protegerán a los tres, confía en nosotros. – le dijo Derek de manera segura.

- Lo hago.

Stiles se levantó con el cachorro entre sus brazos y salió de ahí junto con Jackson y Boyd. El primero un chico rubio de ojos azules mientras que el otro un moreno de cabello azabache de ojos café oscuro.

Llegaron a casa donde fueron saludados por los menores que estaban atendiendo el restaurante. Algunos clientes saludaron con cariño al mayor. Los lobos acompañantes solo podían sonreír al saber lo querido que era el castaño, les gustaba estar en el restaurante y en esa casa, todo era muy cálido.

- ¿Dónde estoy, Sti? – le preguntó Mike en cuanto despertó.

- En mi casa, aquí estarás a salvo.