Subí las escaleras del viejo departamento. Allí estaba, sentada frente al hogar. Se balanceaba de adelante hacia atrás mientras su rostro se empañaba con pequeñas lágrimas. Sentía dolor, mucho dolor y yo lo sabía. Quise abrazarla, tenerla en mis brazos, decirle cuanto la amaba. Me senté junto a ella y la mire por un instante. Su rostro, tan blanco, tan dulce; su expresión tan apagada, el dolor se hacía notar con cada suspiro. Le tome la mano y ella me miro. Fue la primera vez que noto mi presencia. Nuestras miradas decían más de lo que pretendían. Sus enormes ojos marrones, su cabello azabache, dios cuanto la quería. La leve brisa que corría a través de la ventana movía sutilmente sus cabellos a medida que avivaba el fuego. Abajo el ruido a un coche nos hizo sobresaltar. La tome de la cintura y delicadamente la ayude a incorporarse. Era hora. Unas últimas lágrimas corrieron por su mejilla. Nos abrazamos. Suavemente ella se alejo de mí, todavía mirándome a los ojos. Tomó sus maletas. Quería detenerla, éramos perfectos el uno para el otro, pero su destino no era conmigo, ni mi destino con ella. "Adiós amigo". "Adiós amiga".
2003 -
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CUENTOS CORTOS
RandomAquí yacen aquellos fragmentos cortos o cuentos que surgen en la mitad de una noche, en el viaje a casa en tren, en la espera de un aeropuerto; o en aquellos lugares del imaginario que cada tanto, asaltan a la realidad.