Yo

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Hola, Mi nombre es Destino.

Antes de continuar me gustaría aclarar algunas cosas. Tengo unas tendencias únicas que me han puesto en vista negativa de algunas personas, varios billones de personas para ser un poco más exacto. Debo mencionar también que no es por preferencias, lo mismo puedo impactar la vida de una persona con necesidades como lo puedo hacer con alguien que lo tiene todo. Es importante notar porque es una reputación que me ha perseguido por la mejor parte de ¿trescientos mil años?, si mi memoria sigue intacta.

Otra cosa que debo recalcar es que como toda entidad producto de las imaginaciones de los seres humanos, tengo una responsabilidad de manejo inaguantable, son muchas personas, y tengo muy pocas maneras de manejar el estrés que trae el constante bombardeo de los comentarios que me envían; a veces me siento como las paredes de Constantinopla cuando llegaron los otomanos, suficiente decir que en ocasiones necesito espacio.

Para liberar el estrés, hay momentos en los que me gusta hacerle bromas a las personas, indiscriminadamente, claro; puedo dejarlos solos por mucho tiempo para que misteriosamente conozcan al amor de su vida. Según mi estado de ánimo, los puedo hacer estar con una persona mucho tiempo, suficiente como para que crean que han encontrado el amor perfecto y después les llevo a otra persona, la persona que estremecerá todas las estructuras que pensaban tenían para imaginar entender lo que era el amor. Ese último es un poco sádico, pero a veces se necesita un poco de monumentales cantidades de tristeza para reconocer lo que es la felicidad, o al menos eso pienso yo.

Lamentablemente, solo controlo cuando dos almas gemelas se conocen, el dónde es desconocido.

Siempre ha sido relativamente fácil, pero hoy existe tanta gente en el mundo; a veces se me olvida dónde comencé mi trabajo y estoy meses, años, de persona en persona, buscando en dónde fue que empecé la obra mágica del amor, y admito, no siempre los consigo; pero son necesarias esas personas también, terminan siendo escritores, lectores, famosos de toda clase, sexo y culturas e ideologías.

El caso de Lucas fue uno en que quizás me excedí, pude haber manejado las cosas de otra manera, pero ya no queda espacio para comenzar de nuevo. Con él, como muchas otras, hice que conociera a una chica que me pareció estupenda, fueron una pareja estable, el resto de sus vidas se dio al momento de conocerse. Claro, no era el amor de su vida, pero era lo que más se acercaba y consideré que hice otra pareja para la lista, otra petición cumplida. Al menos eso fue los que pensé.

Unos años más tarde, fui agobiado con innumerables peticiones de personas cantando líricas de amor, clichés como el "ya no más, dejaré que el destino me sorprenda", creo que no piensan exactamente que las sorpresas pueden ser divertidas como también puede ser lo absolutamente peor que les podría pasar pero bueno. Algo similar pasa con "¡Estamos destinados a estar juntos!", justo cuando se está dañando una relación que uní sin intención y que realmente el único destino que podrían tener es estar separado por su propio bien, pero de nuevo, no soy perfecto en mi trabajo, a veces incluso con todas las fuerzas a mi disposición no puedo lograr el cambio. Esto puede ser extremadamente abrumador, pero llevo ya miles y miles de años en esto, todavía no encuentran un sustituto, digamos que estoy destinado al cargo de sus amores. Qué existencia la mía.

Una de esas personas que se dejó consumir por las fuerzas de la soledad fue Sofía, pero los conectaremos luego. 

Sr. DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora