Dolor

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Bien, ahora mira conmigo esta esfera. Vamos a calmar nuestros pensamientos para poder observar a Lucas, porque si no me equivoco, ahora mismo está pasando por uno de sus peores momentos. Por favor, trata de ignorar el humo violeta que parece estar enjaulado en la bola, se supone que es una metáfora de la cabeza de un humano, y el laberinto dificultoso que resulta ser navegar por los pensamientos hasta conseguir claridad, o algo así. Yo lo veo como un dolor de cabeza pero no logro encontrar una forma de liberarme de él, y confirmo que tirarlas al piso no hacen más que regueros. 

Ahora, miremos:

- Entonces, ¿qué te dijo?

- Joder, qué noche de mierda. Pasamos la ceremonia de anillos y con todos al rededor de nosotros, comenzó su discurso entre los aplausos. Estaba diciendo que no podía continuar la relación, que se sentía inmóvil, que aunque había disfrutado los últimos años, para ella el fuego se había apagado y que cuando saliera de la boda, se iría a Alemania.

- ¿No brindó algún tipo de explicación?

- Ninguna, fue como una ola de mierda que venía directo hacia mí desde la luna. No pude reaccionar, traté de evadir el tema al comienzo para poder dialogar en casa, quizás con un poco de privacidad hubiera podido salvaguardar, aunque fuera un pedazo de dignidad y quizás también, los últimos diez años de mi vida.

- ¿Por qué mencionas tu dignidad?

- Porque durante el resto de la noche estuve sentado, borracho con tristeza y pensamientos. No ayudó que me tocó dar el discurso del padrino, que fue tan bien como te lo podrías imaginarías.

- ¿Cómo te sentiste cuando acabó la boda y tuvieron que irse?

- No tuve la oportunidad, la última vez que la vi estaba junto a sus amistades, con su hermosura intacta, creo que todo lo contrario a mí, pero no estaba feliz de haber acabado, era como ver serenidad. Honestamente, pocas veces la pude ver así de en paz consigo misma, supongo que es lo único bueno que he podido ver de todo esto. Cuando tocó irnos, no la vi más, cuando llegué a la casa, se había ido. Ni siquiera pude decirle que la amaba. Así, sin rastros y sin palabras, se fue y los próximos seis meses producto de esa noche de amor, han sido los peores días de mi vida.

- Pero estás aquí hoy, porque decidiste salir de ese estado mental de hace seis meses. Vamos a trabajar juntos en esto, y saldremos al otro lado, después que te comprometas con el proceso terapéutico.

- Totalmente, necesito salir de aquí y estoy dispuesto a hacerlo de cualquier forma. No puedo seguir sintiéndome así. Todos los días veo la misma memoria, sueño el mismo instante.

- ¿Cuál memoria?

- Cuando justo cuando Isabel se fue, cuando después de despedirse del amor que sentía, me dejó inmóvil en el medio de la iglesia. Todos seguían moviéndose, de manera tan rápida que no podía reconocer cuáles eran las caras de cada persona. Simplemente, escuchaba sonidos de risa, la banda seguía tocando y el amor se sentía en el aire, pero yo estaba dentro de una burbuja. He revivido esa imagen incontables veces desde que pasó, a veces pensando en lo que pude haber hecho, en qué fue lo que la motivó a tomar la decisión en un día tan festivo, es como si no hubiera sentido ese tipo de amor antes. Después de todo, no estábamos casados y los intentos a traer el tema quedaban encajados en las tantas barreras teníamos. Supongo que no la culpo por mucho, no podemos obligar a nadie a sentir amor, ¿no?

- Tienes razón.

- Pero sí sentí ese día que un pedazo de mí se desconectó, quizás porque yo lo reconocí, o quizás porque se fue con ella. 

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2023 ⏰

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