『𝟺: ❛𝐻𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠.❜

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───── ❝𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜❞ ─────

—Genya, no quiero perderte. Eres el único amigo que tengo. —pidió entre lágrimas. 

—No pasara, solamente estaremos en colegios diferentes. 

—¿Puedes quedarte? ¡Por favor! —buscó consuelo sosteniendo la ropa ajena.

Hace semanas atrás sus padres decidieron inscribirla a clases en un colegio especial para extranjeros. Su inglés mejoró considerablemente, aunque tenía un tutor específico para guiarle día al día con las clases. A cambio de esto Brian tenía más trabajo que nunca, muy pocas ocasiones lograba compartir con la pequeña Rosslenne.

Sin embargo, a cambio de esto su lazo con el azabache se hizo fuerte. Quedaban cada vez que podían para hablar o hacer cualquier actividad juntos. La primera libreta de la castaña que utilizaba al principio para comunicarse se terminó de usar para venir una nueva tras otra.

—Si no llego antes puedes hablar con Giyuu, es tan inteligente que lo dejan salir antes. No como a mí... 

Escuchó como suspirada, luego su mano sobre su cabeza en un gesto de cariño. Aquello le recordaba a su madre, siempre que trataba de serenarla hacía lo mismo.

—La última vez que lo vi fue cuando mi papá me encontró buscándote. No creo que quiera hablar conmigo.

—¿Por qué dices eso?

Ivette seguramente le hubiera regañado por decir eso. ¿Pero qué culpa tenía?

Estar en un lugar desconocido con constante temor e inseguridad le producía ese tipo de pensamiento. Su lugar seguro hasta ahora era su habitación o en compañía de Genya, quizás estar en otro tipo de entorno no resultaría tan malo.

Soltó poco a poco la tela de su amigo, dejando caer las últimas lágrimas silenciosamente al pestañear. Genya le dio un último abrazo para sonreírle, resaltando aquellas cicatrices de su rostro.

A Rosslenne le gustaban mucho, consideraba que lo hacían ver genial. 

Cuando se quedó sola en las escaleras que llevaban a los apartamentos observando un punto muerto en el suelo escuchó un ruido cercano, voces y hasta objetos moviéndose. Le resultaban familiares debido a que eso fue justo el ambiente de ajetreo; estrés junto con su familia hace meses atrás. Con suma curiosidad bajó la escalera sosteniéndose del barandal por temor a que su atención se centrara demasiado en intentar descifrar lo que estaba sucediendo.

Su decisión tuvo un acierto, ya que poco después una persona acercándose hacia ella a una velocidad que no le permitió reaccionar a tiempo. El apoyo que tenía le hizo quedarse en una incómoda posición, por poco cayendo hacia atrás si no fuera porque un brazo la sostuvo a tiempo.

𝒯𝒶𝓁 𝓋𝑒𝓏 ¦ Yuichirou TokitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora