CHLOE P.O.V.
Dejé a Frank a solas. Se quedó en el suelo y no se despidió de mí. Ni siquiera me reprochó haber quemado sus fotos. Verlo tan afectado me hizo pensar en el poder que causaba Rachel sobre las personas. Era imposible apartar la mirada de ella. Frank y yo no teníamos nada en común, salvo nuestras adicciones, y era presumible que tampoco compartía nada con ese tal profesor de Blackhell. Sin embargo, todos habíamos sentido lo mismo por ella. O no. Quizás a ellos pudiera atraerles, ¿a quién no? Lo que yo sentía, por mucho que quisiera negarlo, era algo más. Me atrajo la primera vez que cruzó su mirada conmigo en los pasillos de la academia, me hizo sentir algo fuerte la noche de Firewalk y consiguió que me enamorase de ella en una sola tarde. Antes de saltar del tren, ya sabía lo que venía.
Tampoco era la primera vez que sentía algo así. Max y yo solíamos comportarnos casi como hermanas, pero creo que nunca encajó en esa definición. No, Max no era mi hermana, no se sentía como tal. No sé en qué momento de nuestra amistad empecé a replanteármelo, solo sé que lo hice. Un par de semanas antes de que se fueran mi padre y ella de mi vida, mientras jugábamos con la vieja videoconsola de casa, casi se lo digo. Llevaba tiempo sintiendo algo raro. Quería contarle que tenía miedo de estar enamorándome de ella poco a poco y sin remedio. Que ni siquiera sabía si era eso lo que estaba pasando. Pero la posibilidad de que decirlo fuera a romper nuestra amistad era demasiado grande como para correr el riesgo. Así que no lo dije. Y no me arrepentí porque si lo hubiera hecho, ella se habría ido igual y pensaría que esa conversación tuvo la culpa.
Con Rachel fue todo mucho más rápido, casi vertiginoso. Con ella era todo así; casi lo contrario que pasaba con Max. Me gustaba su impulsividad, incluso su mal genio. Ella me había ayudado a encontrarme a mí misma con mi estilo. Max no tenía un estilo todavía. Y, sin embargo, verla en mi habitación fue lo mejor que me pudo pasar. Me había enfadado tanto que se hubiera ido y ni siquiera hubiera intentado contactar conmigo que incluso había llegado a olvidar lo mucho que la echaba de menos. Hubo un par de noches en las que intenté imaginar que estaba en mi cama, junto a mí, volviendo a ser la que era antes. Le pregunté sobre Rachel porque ni yo misma me creía lo que estaba pasando. Pero Max no me respondió. Ya no era capaz de adivinar sus palabras; hasta eso me había dejado. Ahora que la tenía de vuelta conmigo, no podía permitirme el lujo de dudar de su palabra, por mucho daño que me hubiera hecho. La vida de Rachel (y la mía, pero eso me importaba una mierda) podía estar en juego. Aunque no fuera más que alguna aventura ficticia de Max, valía la pena correr el riesgo de aceptarla.
Necesitaba encontrarla antes de que pudiera hacer alguna tontería, cosa que era bastante improbable a juzgar por su historial. Pensé en la posibilidad de que se hubiera ido a Blackwell y mis tripas se revolvieron solo de pensarlo. Aunque, en realidad, a aquellas horas de la noche, encontrar al profesor ese de mierda no debía ser sencillo. No, no había ido a buscarlo.
Detuve la camioneta en medio de la carretera, obligando a un conductor a rodearme mientras me gritaba algo que no intenté entender. Necesitaba poner todos mis sentidos en esto. No era la primera vez que Rachel desaparecía, pero siempre tenía claro dónde encontrarla. Todo era distinto en aquella ocasión porque había sido la peor discusión que habíamos tenido (y habían sido muchas). Al parecer, acababa de romper conmigo. Aguantando las ganas de golpear cosas, pensé en todas las canciones, poemas, pinturas, películas y libros que se habían creado a partir de una ruptura. Con el corazón roto, al parecer, las personas se vuelven más creativas. Menuda gilipollez. Pero Rachel era de ese tipo de personas, de las que solo se sentaban a reflexionar en las horas más bajas cuando su impulsividad se rebajaba. Si eso era así, necesitaba encontrar el lugar en el que pudiese crear y pensar tranquilamente. Viéndolo de aquella manera, resultaba evidente dónde encontrarla.
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La vida es extraña sin el azul de tus ojos (Life Is Strange)
FanfictionNovela ambientada después de la gran tormenta de Arcadia Bay. Sigue los eventos tras la decisión de sacrificar a Chloe Price a cambio de todas las vidas del pueblo. Max se siente desolada sin Chloe. Sabe que su decisión fue la correcta, pero se arr...