Problemas de identidad | Ducktales

Capítulo 6: En busca del enemigo

No era capaz de encontrarles. Scrooge les había perdido de vista en medio de la multitud. Goldie y Blas no se veían por ninguna esquina, pese a que buscara por cada parte que pudiera. Lo único visible eran quienes pasaban por el paisaje de la ciudad con somnolencia, esperando la llegada de la oscuridad para evitar el calor del verano y continuar con sus fiestas. Después de un buen rato, supo que ya debían estar muy lejos y que seguir de esta manera le haría perder el tiempo. Debía recolectar pistas en lugar de moverse sin saber a dónde iba.

Por eso él se devolvió hacia el casino. No pensaba que fuera a servir de mucho, pero le haría preguntas a los dos que se habían quedado encerrados tras la puerta. Tal vez supieran a donde llevaba el mapa, quien era ese sujeto de verde o donde podría encontrar a Goldie ahora. Cualquier respuesta a esas preguntas le ayudaría. Tomaría cualquier oportunidad que pudiera y no dejaría que se derramara por entre sus dedos como la escurridiza arena.

Una vez en la entrada, justo antes de ingresar, decidió que había algo que debía hacer justo antes. Él saco su anticuado celular de su bolsillo, ya que a él no se lo habían quitado durante las apuestas y llamo a su familia, específicamente a Della, a quien creía que debía comunicarle todo lo que llegara a saber de Louie. Después de todo, era ella quien más agitada estaba sobre el tema.

Scrooge no lo sabía, pero esto se debía a que Donald y los niños ya habían hablado con Louie la noche anterior, a diferencia de él y la mujer. No era que hubieran intentado ocultarlo, por el contrario, lo contaron todo, pero Della no dijo nada y él no considero que eso significara que a ella no le habían dado respuesta.

La mujer respondió tras un solo tono, sin dejar casi que su teléfono sonase y hablo con cierta alegría que era notorio cambiaria a un tono exasperante apenas supiera que no habían de las tan anheladas buenas noticias que esperaba encontrar al contestar esa llamada.

— ¿Ya le encontraste? –ella ni siquiera saludo, solo fue directo a lo que le concernía y realmente era lo natural si tu hijo está desaparecido.

Scrooge estiro el cuello de su ropa con una expresión incomoda, sabiendo que decepcionaría a la mujer con su respuesta. –No, no realmente. –se oyó la respiración de la piloto al otro lado, a punto de hablar, por lo que el millonario se apresuró a agregar más a sus palabras. –Pero me encontré con Goldie.

— ¿En serio? ¿Dónde están? ¿Qué te dijo? –tantas preguntas, tan ansiosa por saber. Pronto se oyó como Donald se acercaba también, intentando arrebatarle el celular a su gemela, sin éxito, solo logrando que esta estuviera alerta a él y se apegara el artefacto más a la cara, protegiéndolo con ambas manos.

— En el casino Golden Paradise. Estaba junto con un tal Blas intentando conseguir un mapa, pero ambos escaparon. –iba a decir más, a explicar que paso, pero fue interrumpido porque obviamente no era nada bueno lo que decía.

— ¿Cómo que escaparon? La necesitamos para encontrar a Louie. –fue un tono demandante, en parte incrédulo y claramente también molesto.

— Voy a hablar con el resto que participo de las apuestas para ver si saben algo. Pueden tener información relevante. –Scrooge no sucumbió ante las preguntas y acusaciones y en lugar de eso siguió explicando su punto.

— Voy para allá. –ella acepto rápidamente la respuesta del mayor, seguramente dispuesta a romperle unas cuantas piernas a aquellos a los que planeaban interrogar si no les daban mucha información. La mujer miro a su alrededor y luego se corrigió. –Todos vamos para allá.

Y así termino la llamada, siendo cortada sin ninguna despedida. Scrooge suspiro desanimado e irritado y luego espero a que la familia llegara. Si iba a hacer esto, lo mejor sería que lo hiciera con algo de apoyo, después de todo estaba hablando de los hombres que le amenazaron con un arma de fuego. Además, era obvio que Della no estaría feliz si no esperaba por ella.