Not-cow

Problemas

Daichi regresaba a casa en autobús sin muchas ganas de llegar, la verdad. No después de lo que escuchó la otra noche.

Sabía que sus padres no habían estado muy cariñosos últimamente pero jamás espero escuchar a su madre gritarle a su padre que le odiaba, y que lo único bueno que tuvo su relación fue él mismo, Daichi. Y esa frase fue lo único que evitó que rompiera en llanto. Pues, si la vida junto a su padre era tan horrible como su madre lo describía y él era lo que los mantenía juntos, supuso que parte de la frustración de su madre también iba dirigida a él. Pero no, o eso escuchó, tal vez escuchó mal, pero su madre dijo que de lo único de lo que no se arrepentía era de tenerle. Su vida familiar se desmorona y se daba cuenta de que esa infancia maravillosa con una familia feliz que el creyó que tuvo solo estaba en su imaginación, pero su madre aún lo quería.

Después de eso se escuchó un portazo indicando que su padre había salido, y no muy feliz. Volvió a medio día apestando a alcohol pero eso ya era costumbre desde hacía un par de semanas.

Lo peor era que entendía a su madre, o al menos el sentimiento, puesto que si él bien no odiaba a su novia, hace un tiempo la veía más como una hermana, un consuelo, más que como una pareja con quién estar. Y realmente era complicado porque quejarse con Michimiya de la situación de sus padres estando con ella en algo parecido era complicado y doloroso. Cuantos videos había visto de como terminar a tu novia sin que sea demasiado doloroso? Demasiados. Y ninguno lo convenció. Y eso solo lo cansaba más.

Y por si fuera poco, su única escapatoria, el volleyball, también le abandonaba. Les  aplastaron en su último partido contra el Date Industrial y aunque se sentía horrible, eso no era lo peor. Su mejor amigo y compañero desde primero, Asahi, había abandonado el club a causa de esta derrota y su única esperanza, su asombroso líbero de primero, en un par de semanas de segundo, fue expulsado y también amenazó con dejar el club si a Asahi no le daba por regresar. Todo apuntaba a que le dejarían a él como capitán teniendo que lidiar con los que vendrían de primero, más la falta de los de tercero. No se sentía con fuerza suficiente para lidiar con los problemas de Asahi cuando sentía como los suyos propios lo ahogaban. Tampoco tenía realmente ganas de seguir sin su amigo, su as, y sabía que Nishinoya no volvería si no lo convencía.

Suspiró cuando se dió cuenta de que se había saltado su parada y ya estaba cerca del final de la línea. Se bajó en la última parada del bus y se tomó su tiempo para reflexionar antes de decidirse por un camino para volver a su casa. Cuando pensó que ya era suficiente y tenía que regresar una gota le cayó en la frente. Miró al cielo mientras más gotas caían sobre su rostro y a su alrededor, se permitió derramar una lágrima.

Ya había asumido que llegaría a casa empapado, con un resfriado que le mantendría en cama por días, pero sentía que eso era lo que necesitaba en ese momento, meterse en la cama y no salir.

Cuando quiso darse cuenta ya no se estaba mojando, pero la lluvia seguía cayendo. Como si Dios por una vez le hubiera escuchado y le hubiera dado un paraguas para cubrirse de la lluvia, minimizar aunque fuera un poco sus problemas. Entonces, un foco de luz se prendió sobre él, como si él fuera el centro, lo importante, pero no había nadie en la calle para verlo.

Miró esta vez hacia abajo notando como sus pies se separaban del suelo y sentía su cuerpo levitar. Acaso había muerto de pena y se estaban llevando su alma? No. Si bién su vida no era la mejor él todavía no creía estar en depresión, al menos no lo suficiente como para la muerte. Entonces, que era esta luz hipnótica que lo alejaba de la realidad?