Ya habían terminado los exámenes más importantes pero no era cuestión de vaguear. Akaashi había llevado prácticamente a rastras a su amigo Kenma a la biblioteca esa tarde para repasar. Cuando le preguntaba si lo estaba entendiendo el teñido siempre contestaba que sí, aunque Keiji sabía que no, y no porque su amigo fuera tonto, si no porque no prestaba nada de atención y solo miraba el teléfono mientras Akaashi hacía los deberes y estudiaba.
Se hizo tarde y a pesar de llevar horas en la misma habitación apenas se habían hablado por lo que, al salir de la biblioteca, el azabache invitó al más bajo a cenar a su casa. Un rato después, cuando ya habían terminado, se sentaron en el sofá a ver una película, bueno, Akaashi la veía, Kenma hacía cualquier otra cosa con el móvil.
A los 10 minutos el teléfono de Kenma y la televisión dejaron de funcionar al mismo tiempo. Se había ido la luz.
—Agh, que pasa? —Se quejó el teñido.
Akaashi dejó ir un suspiro pesado y se levantó.
—Voy a ver.
Akaashi fue a la habitación contigua donde se encontraba la caja de fusibles y la abrió. Iba a accionar el interruptor para ver si la luz regresaba cuando se dió cuenta de algo. En la calle si había luz. Lo cual era extraño pues no estaban consumiendo tanta luz por lo que debió ser un apagón de toda la zona. Se acercó a la ventana para ver de donde provenía esa fuerte iluminación amarillenta pero cuando la abrió para asomarse, el halo de luz empezó a succionarlo hacía arriba.
Trató de pedir ayuda a gritos pero no parecía que Kenma o la gente de la calle pudieran verle ni oírle.
Un cuarto de hora más tarde, Kenma, extrañado de que su amigo no hubiera regresado fue a la habitación en la que anteriormente estaba Akaashi y notó la ventana abierta.
—Akaashi? —No hubo respuesta.
Se acercó a la ventana para cerrarla pero a menos de dos pasos una extraña fuerza empezó a llevarle hacía la luz la cual se lo llevó más arriba de las nubes hasta una nave espacial extraña. Allí cerró los ojos con fuerza mientras se sujetaba la cabeza con las manos. Tenía miedo de que en cualquier momento la fuerza se rompiera y callera al suelo. Y así fue, solo que en vez de ser una caída de cientos de metros como él imaginó, su cuerpo apenas tardó un par de segundos en impactar contra una especie de superficie metálica. Lo que definitivamente no se esperaba era que al abrir los ojos tendría la cara de una vaca a centímetros de la suya.
—Q-que!? Donde estoy? —Se levantó de un salto.
La vaca se asustó por el movimiento brusco pero segundos después volvió a acercarse para olfatear y de paso chuparle la ropa.
—Eh! No! Déjame!
—Kenma?
Una voz conocida pero tan asustada como la suya se escuchó en la sala.
—Akaashi?
Se reunieron y tras pasar un rato procesando la situación y buscar alguna manera de huir se escuchó como una puerta se abría y dos seres entraron.
Uno tenía los ojos grandes y amarillos como un búho, el cabello una mezcla de gris claro y negro hacía arriba y tenía la piel azul claro. El otro también tenía una apariencia algo extraña. Moreno con el pelo alborotado también hacía arriba y algunas greñas tapandole el ojo derecho. Los ojos afilados como un gato y amarillos pero tirando más a ocre y la piel rojiza. Ambos más altos que ellos.
Los chicos rápidamente se ocultaron tras una de las vacas. Las voces de los otros dos sujetos eran muy ruidosas y hacían eco varias veces en las paredes de la sala por lo que no captaban bién lo que decían a excepción de la última frase, aunque tampoco la entendieron.
—Bokuto, véjeli di ehó kai bes e islpisep e te bece.
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Not-cow
FanfictionDaichi estaba tan concentrado en como terminar a su novia que no se fijó en dónde se metía... Akaashi y Kenma solo habían ido a estudiar... Se suponía que Iwa, Kyotani y Mattsun solo fueron a comprar... Y se suponía que ellos solo podían abducir...