Not-cow

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-Sí, sí. Ya me ha quedado claro que no te piensas separar de esa vaca, pero que hacemos c-

-Auch!

Los tres se giraron hacía la fuente del sonido. Un chico que no llegaría al 1.70, con el pelo un poco más arriba de los hombros teñido de rubio con raíces oscuras estaba en el suelo maldiciendo a la gallina con la que se había tropezado por no fijarse bién.

-Kenma! Cuidado!

Le gritó Akaashi a su amigo pero cuando este levantó la vista ya tenía a ambos extraterrestres parloteando a su lado.

-Mira Kuroo! Otra vaca diferente! Y tiene los ojos de una forma y color parecido al tuyo!!

-Es el destino! Esta será la vaca-Kuroo!

-Pero yo la vi primero!

-Quieres dejar de decir que las cosas son tuyas solo porque las viste antes! Además, lo dudo mucho, estabas muy ocupado admirando tu vaca de los ojos bonitos.

Bokuto iba a seguir protestando pero como no se le ocurrió una forma decente de negarlo solo apretó los dientes y entrecerró los ojos mientras su compañero se acercaba con cautela al nuevo ser.

-Hola vaquita -Cogió a Kenma por debajo de las axilas y lo levantó como si del rey León se tratara -Esta tampoco está nada mal.

Con lo que no contaba Kuroo era que Kenma no era tan calmado como Akaashi en situaciones como esas por lo que, el pequeño, aprovechando el hecho de que se le olvidó cortarse las uñas en la mañana, le arañó toda la cara al pobre alien rojo. Aún así no lo soltó, solo lo alejó de su rostro y trató de calmarlo.

-Vaya con la vaquita, que mal carácter. Deja de reirte Bokuto!!

Pero su compañero no parecía tener ninguna intención de ello. Cuando se calmó fue donde Akaashi y le cogió de la mano para mirarla y comprobar si él también corría peligro, pero volvió a reírse al ver las uñas no demasiado largas y bién cuidadas del azabache.

-Ja! Te dije que mi vaca era perfecta!

Kuroo maldijo en voz baja y dejó a Kenma en el suelo, el cual corrió hacia Akaashi.

-Awww. Miralos, que monos. Crees que sean familia??

-No sé... Ese es más pequeño. Tal vez sea un bebé.

-Que bonito -Dijo Bokuto con ternura acercándose al "bebé vaca" el cual le enseñó las uñas obligándolo a apartarse con expresión de terror.

-Estás seguro de que son familia? Digo, no se parecen.

Comentó el más alto mirando detenidamente a ambos chicos. A grandes rasgos eran iguales. Cabeza redonda, dos ojos, nariz, boca, orejas, dos brazos, dos piernas, pero aparte de eso eran muy diferentes físicamente.

-No sé... Ugh! Me duele el cerebro de tanto pensar! Que decida el capi cuando volvamos!

-Es verdad, vamos a dormir.

Y los dos alienígenas se retiraron olvidando completamente su propósito, contar los animales. Y a Akaashi y a Kenma les tocó dormir en el suelo con las vacas.

-Genial -Resopló Kenma dejándose caer al lado de Akaashi.

Una gallina que los vió decidió que sería buena idea subirse a la cabeza del teñido y sentarse en su pelo, aumentando la molestia del chico y provocando en el otro una leve risa. Probablemente la última mientras estuvieran ahí pues cuanto antes lograran salir, mejor.