↪Capítulo 23

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Isla Jeju, podía parecer, y no sólo parecer también ser, el paraíso para miles de turistas. Tenía las playas más bonitas de Seúl, o eso pensaba Jungkook.

No es que nunca haya ido a alguna playa, pero gracias al trabajo de su padre nunca había tenido la oportunidad de ir especialmente ahí. Así que prácticamente estar en la Isla era como estar en el paraíso.

Ahora sabía porque había valido la pena tanta insistencia, y humillación no hay que olvidar, en convencer a su madre de que lo dejara ir con Jimin.

Y para su doble suerte, Jimin también saldría de paseo con Yoongi a Busan, así que se vio más creíble aquello, la señora Park estaba igual de acuerdo con la mentira, no es como si ella supiera de la relación de Jungkook y Taehyung, pero si Jimin no hubiera dicho que iría Jungkook tal vez no tuviera permiso de ir igual a Busan.

Así que fue como un gana-gana.

Pero dejando de lado eso, debía confesar que estaba nervioso, obvio que lo hacía, estaría tres días a solas con Taehyung. Sin que amigos, o familia, les interrumpieran, sin que tuvieran que esconderse de alguien porque nadie en el lugar los conocía.

Y gracias a Jimin, cabe recalcar, estaba más nervioso por que la noche llegara, era obvio lo que iba a suceder pero tenían razón. Ya tenía diecisiete años, no era un niño y no iba a negar que estaba emocionado por hacerlo.

Era sábado por la noche, y eso aumentaba el tic-toc en su cabeza. Se imaginó como en ese capítulo de Bob Esponja donde el reloj le avisa que el tiempo se acaba.

Pero se lo tenía que tomar a la ligera.

Ocean Siutes era el hotel en el que Taehyung había hecho la reservación.
Había quedado con la boca abierta de lo impresionante que era porque el lugar era enorme y se veía tan costoso que en el preciso momento en el que piso la habitación se convenció de que Taehyung se merecía toda su virginidad.

Si, lo hacía. Taehyung era un caballero así que no podría ofrecerle menos.

—¿Te gusta?— preguntó Taehyung después de quitarse el saco y ponerlo en uno de los sillones individuales. Se acercó a su novio y lo abrazó por la espalda.

—¿Estás bromeando?— contestó impresionado. —Esto es... wow, increíble. No debiste de gastar tanto dinero para venir aquí, solo son cien días de noviazgo no una luna de miel.

—Bueno.— se encogió de hombros. —Si te sirve de consuelo, cuando sea la luna de miel la podemos festejar como si fueran los cien días de noviazgo.

Jungkook rió irónico y se separó del abrazo, solo para voltear y quedar cara a cara para besarlo rápidamente.

—¿Qué hice para que estuvieras haciendo todo esto?— preguntó acariciando el rostro moreno.

—Ni yo lo sé, es tan perfecto lo que haces por mí, que no tiene nombre.

Jungkook sintió sus piernas temblar cuando escuchó a Taehyung decir eso y de inmediato besarlo. No pasó mucho cuando Taehyung se separó y cambiando su reacción calmada a una emocionada tomó la mano del menor.

—Vamos, tenemos que ir a la playa. Te va a encantar.

Jungkook asintió igual emocionado y como si fuera un protocolo corrieron a cambiarse por un traje de baño para estar más cómodos.

- M a e s t r o -

—¡Jungkook, mira esto!— gritó Taehyung y el nombrado de inmediato corrió por la arena a donde Taehyung estaba en cuclillas.

—¿Qué es eso?— preguntó detrás de él y casi de inmediato se puso de rodillas a su lado, viendo así un grupo grande de cangrejos chiquitos y a su novio agarrar algunos.

—Son mis amigos.— contestó emocionado tomando la mano de Jungkook y poniendo un animalito en la palma de esta.

—¿Tus amigos?

—Siempre que vengo aquí justamente en este rincón están estos cangrejos. No estoy seguro de sí son los mismos que los de la vez pasada, pero no me importa.

El menor rió tierno jugando con otro cangrejito que Taehyung ponía en su mano, era tan tierno ver esa etapa del mayor que solo le hacía alegrarse en niveles extremos. Porque nunca imaginó ver a Taehyung con la cara llena de arena, el cabello revuelto gracias al aire y los ojos brillos os. No después de ver esa imagen de autoridad en el colegio.

—¿Tienes hambre?— preguntó de nuevo después de estar un rato jugando en el mar y haciendo raras formas con la arena.

—Sí.— asintió haciendo un leve puchero.

—Vamos, es tarde pidamos servicio a la habitación.

Los dos se dirigieron a la habitación tomados de las manos mientras jugaban entre sí, y cuando se encerraron en esta, antes de pedir la comida, cada uno se bañó por separado y ahora si se pusieron cómodos en la cama matrimonial, prendiendo la pantalla y poniendo una película aleatoria que el servicio del hotel les ofrecía.

—Qué vas a pedir de cenar.— Taehyung se sentó en la orilla de la cama secándose el cabello con una toalla limpia, después se acostó quitándose las sandalias que igual el hotel les daba y se metió debajo del edredón blanco.

—No lo sé.— suspiró sintiendo a Taehyung besarle la mejilla. —Qué vas a pedir tú.

—No lo sé, ¿estás en el menú?

Jungkook soltó una risilla sintiendo ahora los besos en su cuello, se acomodó mejor para hacer que Taehyung estuviera encima suyo y con los nervios recorrerle de pies a cabeza solo atinó a enterrar sus dedos en el cabello aún húmedo de su pareja.

Finalmente Taehyung quitó la playera de pijama con lentitud, por si Jungkook quería que parara.

—Si quieres que me detenga...— murmuró separándose un poco, aún sintiendo sus labios chocar con la piel blanca.

Pero Jungkook negó y volvió a acercarlo.

Pero Jungkook negó y volvió a acercarlo

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Tengan lindo fin de semana 💕

Maestro「Adap.」(Taekook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora