Mini historia:
Dónde una militar retirada y una empresaria eran... ¿Amigas?, ¿Pareja?, ¿Qué eran?
Ni yo, que soy la narradora, sé cómo etiquetarlas. Supongo que ellas lo aclararán.
-¡Chang bin! Tú hermano te espera en el infierno, pedazo de mierda.-
El hombre detrás de la recepción se levantó y disparo su arma, pero fue tan lento que la rubia le tumbo el brazo con una bala que le traspasó el hombro.
-Hija de puta.-
Aclaró él.
-¿Qué le hiciste a mi hermano?-
Ahora pregunto, y Lalisa río.
-¿Yo? Nada. ¿Qué te hace pensar que le hice algo?-
-¿¡Qué le hiciste!? Juro que...-
-¿Qué? No puedes hacerme nada. Tú propio hermano fue el que se quito la vida.-
-¡Mentira!-
Volvió a disparar, enojado.
-Puedes comprobarlo por tí mismo, su cuerpo está en la habitación ciento veinte. ¡Tú hermano no soporto su vida miserable y se disparo!-
-¡No!, ¡No!, ¡No voy a caer en tús juegos mentales!-
-Ay, por favor, Chang bin. Ambos son unos bastardos. Tú eres el típico violador y tú hermano el típico asesino. El dúo perfecto, ¿no?-
-Eres una perra. ¡Te voy a matar!-
Chang bin salió de su escondite y disparo hacia la nada. Una de las cualidades de Lisa, es que trabaja bajo las sombras. Aumentando la desesperación de sus víctimas con simples palabras. Así ella ganaba tiempo y los mataba de tan solo un intento.
-Que pérdida de tiempo.-
Salió de su escondite, con una sonrisa ladina.
-¿¡Por qué sonríes!?-
Pregunto el chico, apuntandole en la cabeza.
-Vamos, hazlo.-
Se acerco la rubia. Lisa llevo su mano a la pistola y la posicióno como se debe en su frente. Si Chang bin le disparaba, le iba a volar todas sus sienes.
-Lo haré, no me retes.-
Hablo el chico. Quería convencerse más el, que a la contraria.
-No, no lo harás. ¿Te digo por qué? Porque eres un cobarde, un niñito que no sabe poner fin a las cosas. ¿Vas a llorar?-
-No, no voy a llorar.-
-Yo digo que si. Tienes los ojos aguados. ¿Te pesa tanto la culpa?-
-No siento culpa de nada, cállate.-
-Lo veo en tús ojos. Sientes la culpa de la muerte de tú hermano.-
-No digas estupideces. Cállate.-
-Que curioso. Tú hermano me grito lo mismo cuando se disparo... Aquí.-
Apuntó su cabeza. Chang bin se había cansado y disparo el arma, pero no fue una bala lo que salió.
-¿Eres tan tonto como para pensar que me iba a dejar matar así de fácil? Tienes una Bersa Thunder nueve. Suponiendo y razonando, le pusiste siete cartuchos. Los gastaste todos disparando hacia la nada.-
El pelinegro la observo perplejo y trato de retrodecer, pero Lisa fue más rápida y lo agarro de su brazo lastimado. Hundiendo su dedo en la herida de bala, para que el chico sintiera dolor.
-Dime todo lo que sabes.-
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.