"¿Qué se supone que haga contigo?" Naruto le preguntó al gato que estaba sentado en su sofá, una lata vacía de atún al lado del felino mientras este mismo se lamía los labios.
"Pensé que te irías al acabar la lata, pero te acabas de acoplar en mi casa", murmuró el rubio mientras agarraba al gato.
Se puso frente al espejo con el gato mientras analizaba en su mente las múltiples cosas que podría hacer con el gato. Después de unos segundos de reflexión, sonrió a lo grande.
"¡Gato sombrero!" Gritó Naruto mientras ponía al gato encima de su cabeza antes y hacía una pose estúpida.
"¡A partir de ahora serás mi so-Ahhhhhhh!" Mientras Naruto hacía sus idotezes como de costumbre, el gato había sacado sus garras y le envió un rasguño directo a la cara.
Después de unos minutos de gritos, Naruto se encontraba acariciando al gato, quien estaba arropado entre sus brazos.
"Bueno, ya encontaré que hacer contigo luego, tengo que visitar a Asia... Seguro que le gustarán los gatos", Naruto se puso en el centro de la Sala mientras una especie de selló dorado aparecía en el suelo, después de un repentino destello, ambos desapacieron de dónde estaban.
Aparecieron en mitad de la carretera depués de que el mismo selló apareciera debajo de dónde estaban, el sello poco después pareció desintegrarse mientras la magia se gastaba en el. La gata, (Naruto había que era una hembra mientras le arañaba la cara), miró a su alrededor con una mirada un poco sorprendida.
"Ahí está", la felina miró hacia la misma dirección que Naruto al oír sus palabras, encontrando lo que parecía ser una mujer de espaldas a ellos, lo que único que podía ver era una larga cabellera rubia.
Naruto se acercó lentamente hacia la chica, acercó sus labios a la oreja de la niña y murmuró un "Buuu..." silenciosamente, la niña se puso tensa soltando un pequeño chillido antes de darse la vuelta.
"¡Deja de asutarme así Sr. Naruto!" Respondió la chica inflando las mejillas.
Naruto ofreció una pequeña disculpa antes de extender a la gata en sus brazos, "¡Mira lo que entró a mi casa hoy!"
"¡Un gatito!" Todo el enfado que podría haber tenido Asia se esfumó al ver al gato, lo tomó de los brazo de Naruto y lo acurruco en su pecho.
"¿Tiene nombre?" Preguntó una extasiada Asia mientras ella y el gato se restregaban las mejillas mutuamente.
"No, me lo acabo de encontrar hoy, además es un gatita, supongo que tendremos que ponerle nombre", dijo Naruto con una sonrisa.
"¿Que te parece bigotes?" Le preguntó Asia a la gata. Ella levantó una de sus patas y sacó sus garras.
"¡Al parecer no le gusta mucho!" Naruto hijo apresuradamente mientras le arrebataba a Asia la gata.
"Hmm..." Naruto miró fijamente al felino frente a ella, fruncio el ceño pensando.
"Yori, ¿que te parece Yori?"
La felina miró fijamente a Naruto durante lo que parecieron otras, después de aquella larga mirada, levantó una de sus patas y la puso en la nariz de Naruto suavemente mientras asentía.
"Bien, bienvenido a la fiesta Yori" Naruto sonrió a lo grande al igual de Asia.
Naruto caminó con Yori entre sus brazos, con Asia al lado suya mirando alrededor, se encontraban en la entrada a uno de los muchos mercadillos de Italia, desde la entrada se podían ver los diferentes puestos de artilugios de la zona.
"Bien Asia, ten esto", Naruto le extendió una pequeña bolas con monedas, quien Asia cogió con curiosidad, "aquí tienes algo de dinero para disfrutar del mercadillo".
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Naruto, el mago criminal
FanfictionÉl solo la cagó una vez, una vez, y ahora el es uno de los criminales más buscados por la iglesia. Acompaña a Naruto en su viaje para tener (y fallar estrepitosamente) una vida tranquila.